sábado, 9 de agosto de 2014

Si en Argentina nos esperan lugares tan mágicos como Huamahuaca, ¡esto va a ser increíble!

Ya desde hacía semana nos íbamos imaginando este momento, el frío polar, la altua y duras condiciones en la última etapa por Bolivia ayudaban a que fuese aún más deseado, incluso desde los 4000 metros de altura a los que estuvimos varios días, creíamos divisar a lo lejos aquella tierra que poco a poco añorábamos más pisar, pero un 13 de Julio llegó por fin la hora de pisar... ¡Argentina!

Para llegar al país gaucho, primero tomamos un tren nocturno desde Uyuni hasta Villazón, pueblecito en la frontera. ¡Después de más de 8 meses tomábamos un tren! Aunque no lo creáis, es de esas pequeñas cosas que se agradecen muchísimos tras tanto tiempo moviéndonos en buses, en muchos ocasiones por carreteras a prueba de infartos y conductores adictos a la saga "2 Fast 2 Furious". Así que tras 7 tranquilas horas de viaje ferroviario, llegada a Villazón y caminata hasta el puesto fronterizo, ¡ya a pocos metros teníamos a la tierra que nos acogerá durante los próximos 2 meses!

Cruzábamos así del país que por experiencia peores condiciones nos había ofrecido, para pasar al que en teoría mejor tendría a lo largo del viaje. Aunque a decir verdad, comenzamos a pensar que esta teoría no era del todo cierta, viendo como el nivel de seguridad en la frontera dejaba bastante que desear, presenciando como más de una persona, algunas bien entraditas en años y a paso de tortuga, cruzaban la frontera sin que nadie les controlase...

Salimos de Bolivia, ¡llegamos a Argentina!

 Recién llegadito a Argentina, lo de Ushuaia para otro viaje...

Tras el habitual protocolo de sellar la salida de Bolivia y sellar la entrada a Argentina, ya entrábamos oficialmente en La Quiaca, ciudad en el lado argentino que sirve de frontera. El primer destino que teníamos previsto era un pequeño pueblo a un par de horas de La Quiaca, un pueblecito de esos que, según nos habían contado, el tiempo está parado y da gusto pasear por sus tranquilas calles empedradas y alrededores naturales, un pueblo llamado Humahuaca, a poquita más de 3000 metros de altura, ¡poco a poco ya vamos entrando en alturas más acogedoras! jeje

Ya en el camino hacia la terminal de bus y en el trayecto hasta Humahuaca pudimos empezar a sumergirnos en los primeros detalles argentinos. Un "boludo" por aquí, un "qué pasa flaco" por allá, la gente cruzando más de 5 palabras con nosotros, los primeros pesos argentinos, los altos precios comparados con Bolivia, la cerveza Quilmes, bollería con dulce de leche, las primeras personas con la más común extensión del cuerpo argentina, la yerba mate...

Nada más ver el bus que nos llevaría hasta Humahuaca empezamos a comprobar que estábamos ante una nueva etapa del viaje, una etapa con transportes cómodos, más o menos limpios, con menos vendedores que suben al transporte y durante 30 minutos te cuentan su vida, carreteras asfaltadas sin precipicios a pocos centímetros... ¡Ains, nunca había estado antes en Argentina, pero ya la había estado echando de menos! jeje.

Al llegar a Humahuaca, en los 20 minutos que tardamos en encontrar el hostal que la pareja francesa que conocimos en Bolivia nos recomendó, ya pudimos confirmar la fama que nos habían creado sobre el pueblo. Tranquilidad, buen ambiente, casitas de adobe atemporales, callecitas empedradas, naturaleza haciendo de fortín... Y por si los primeros momentos en Argentina no estaban siendo suficientemente agradables e ilusionantes, al entrar en el hostal La Antigua... ¿Qué es esa música que suena? Ese idioma extraño que cantan me es familiar... ¿No es Kepa Junkera cantando? Ya cuando la chica del hostal nos recibió y me entendió el "kaixo!" (hola en euskera) con el que la saludé, confirmé quue habíamos llegado a casita... jiji. Resulta que como bien se suele decir, "el mundo es un pañuelo", en el hostal estaba trabajando una chica de Gipuzkoa, ¡que incluso conocía a una compañera mía de la universidad de Mondragón! Lo típico, te encuentras a una chica vasca en un pueblecito de Argentina que conoce a tu compi de clase... ¡Me encantan estas cosas!

Ya instalados en el precioso hostal, comenzó el reconocimiento de Huamahuaca. Históricamente, el pueblo ha sido de gran importancia para Argentina debido a su situación estratégica en el camino desde el país hacia el antiguo Alto Perú, (la actual Bolivia), convirtiéndose en testigo de múltiples batallas entre argentinos y realistas. Es un pueblo con unos pocos miles de habitantes, de esos en los que prácticamente todos se conocen, en el que es toda una delicia pasear por la callejuelas, sobre todo a partir del atardecer, momento en el que el flujo de turistas y tours disminuye y el pueblo queda para los pocos que nos alojamos allí.

Calle del centro de Humahuaca

 Monumento a la independencia en Humahuaca

En cuanto a actividades para hacer por Humahuaca, aparte de pasear por el pueblo, la principal es el valle de los 14 colores, situado en la famosa Quebrada de Humahuaca. Tras un viajecito en coche de 40 minutos y llegar a una altura de 4200 metros, miras a lo lejos al frente, y se presente ante tí un cuadro paisajístico pintado por un artista cuya creatividad demuestra lo más profundo que una persona puede tener. Una combinación de decenas de colores, cada uno necesario, imprescindible, en el lugar adecuado, no sobra nada. Sí, ya sé que con palabras es difícil explicar algo así, por ello qué mejor que disfrutar con las fotos:

Panorámica del valle de los 14 colores


Los caracoles en el valle de los 14 colores

Flavia y Ewe en plena explosión de amistad

Es uno de esos lugares en los que te apetece simplemente estar sentado mirando ell paisaje, sintiendo el momento presente, ayudándote para ello de los hipnotizantes colores de las montañas. Encantados hubiéramos hecho algo así pero... ¡hacía un viento y un frío que pela! Así que nos tuvimos que conformar con un paseo ligerito hasta un mirador, algunas fotitos, y rápidos de vuelta al coche a volver a entrar en calor...

El valle de los 14 colores se puede decir que es la atracción estrella de Humahuaca, pero igualmente se puede disfrutar muchísimo de excursioncillas por los alrededores, como el precioso pueblo de Purmamarca, vigilado también por un precioso cerro, esta vez de 7 colores. En nuestro caso hicimos una pequeña excursión hasta un mirado que había a las afueras del pueblo, no porque estuviésemos realmente atraídos por verlo, sino básicamente porque en el hostal concidimos con un chico argentino, otro urugayo, y una chica brasileña, Flavia, que todos juntitos de forma improvisada formamos un grupito muy lindo y con mucha conexión. Una inocente caminata, que finalmente se convirtió en un momento especial con instantes de meditación, unión silenciosa, y un concierto improvisado haciendo gala de las habilidades musicales que habíamos adquirido durante el viaje. (Lo bueno de las fotos es que no se oye lo que sonaba en ese momento...jiji)

Vista de Humahuaca desde el mirador

 
¡El futuro de la música andina está asegurado!





Ewe poniendo la banda sonora al momento con su quena

 
 Flavia y Ewe, los del fondo son amigos, no os preocupéis...jeje

El resto del tiempo por la linda Humahuaca, lo pasamos en gran parte con la compañ´ia de la ya mencionada brasileña Flavia, con quien creamos un vínculo muy especial, mágico, intenso, que sin ninguna duda seguiremos fortaleciendo cuando la visitemos en Rio de Janeiro, toda una inyección de vitalidad, risas, alegría y consciencia que nos regaló.

 Nuestro nuevo angelito brasileño de sorpresa en la foto

Y con todo esto, fuímos además sumergiéndonos aún más en las tradiciones argentinas, como comiendo las primeras empanadas, (madre mía qué delicia), los primeros alfajores, y conociendo a una venezolana de conversación muy "caliente", ¡y con una mano para la cocina vegetariana tocada por los ángeles! Aún se me hace la boca agua pensando en los tacos con carne vegetariana.

 Cabildo, o ayuntamiento, de Humahuaca

 Plaza principal de Humahuaca

¡Ñam ñam! Al rico taco vegetariano

 Nuestra querida y exótica cocinera en su chiringuito

Y con todo esto llegamos al fin de nuestro primer, fabuloso y mágico destino en Argentina. Con este comienzo, la aventura por el país prometía mucho. Tras varios meses en condiciones algo más duras, disfrutamos ya en estos primeros días en Argentina de duchita caliente, calorcito, menos altura, comida deliciosa, gente super amable. En 4 días ya había empezado a conquistar nuestros corazoncitos. ¿Seguirá siendo la tendencia tan buena? ¡En próximos posts lo comprobaremos!

¡Un abrazo!

"El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales." Arthur Schopenhauer, filósofo alemán.

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