Para la primera de esas experiencias, lo más famoso en Jordania es hacer un tour por el desierto de Wadi Rum, conocido principalmente porque fue aquí donde se rodó la película "Lawrence de Arabia", aunque también evidentemente por sus dunas, montañas, colores... Pero ya sabéis que no soy muy amigo de lo "típico", así que cuando el beduino de Petra, Nawwaf, me comentó la posibilidad de ir con él y una pareja estadounidense a pasar una noche al desierto de Wadi Arabah, al lado de Petra, compartiendo gastos de gasolina y comida, vi que era una buena oportunidad. La verdad es que estuve dudando mucho en la oferta, porque ya os comenté que con este beduino no tuve muy buena experiencia la noche que pasé en su casa, ya que me pidió dinero a cambio de alojarme a través de Couchsurfing. Pero como la pareja estadounidense que iba al desierto me cayó muy bien el día que les conocí en casa de Nawwaf, pensé: "¡qué leches! El tío este no me va a evitar disfrutar de una experiencia en el desierto con esta gente". Así que después de dejar Amman, puse rumbo de nuevo hacia Petra, donde me esperaban para ir al desierto.
Al llegar a Wadi Musa (el pueblo que está al lado de Amman), resulta que había un nuevo invitado a la aventura desértica, Benjamin, un chico mexicano que estaba viajando por diferentes sitios. Así que no sólo podría disfrutar de la compañía de la pareja estadounidense, sino también conocer a un nuevo viajero, relajar un poco la mente hablando con él en español, y de paso, conseguir un futuro alojamiento en su casa durante el viaje por México, en Chiapas. ¡Empezaba bien la cosa!
Como llegué por la mañana a Wadi Musa, y el plan era ir al desierto hacia las 3, aproveché para que Benjamin me enseñase Little Petra, es una zona de Petra que está un poco apartado del parque principal, pero que está bien para hacer una excursioncilla, y además es gratis.
Tras la breve caminata, vuelta a casa de Nawwaf, y a cargar la camioneta con lo necesario para la noche: colchonetas para dormir, mantas, menaje, comida... ¿Todo listo? ¡Pues en marcha! Aquí tenéis a Nawwaf en su camioneta, cual Chuck Norris en los Texas Rangers.
Durante la ruta hasta el punto de acampada, ya pudimos ir disfrutando desde la parte de atrás de la camioneta de algunas de las características del desierto, camellos, dunas, más camellos... Vale, el desierto no es que tenga muchas cosas características, pero eso es lo atractivo, que sólo tienes arena alrededor, nada más, un silencio dificil de conseguir en la mayoría de sitios.
Una vez instalado el campamento, Nawwaf y su sobrino se quedaron preparando la cena, y mientras el resto aprovechamos para subir a las dunas, hacer unas fotillos...
Y disfrutar de uno de los atardeceres más espectacullares que he visto nunca, no sólo por el atardecer en sí, también el lugar, la compañía, el silencio... Una combinación casi perfecta para disfrutar de la despedida temporal del sol.
Después de la cena, una charlilla amena, bueno, más bien un monólogo de Nawwaf, que parece que el tema del alcohol para él no entiende de religiones y se le suelta la lengua cuando bebe un poco. Una vez llegada la noche, creo que pocas veces he visto un cielo como ese, miles de estrellas servían de fondo de un escenario mágico. La luna apenas asomaba, pero sólo las estrellas eran suficientes para iluminarnos de prestado.
Después de una noche fresquita, pero bien solucionada envueltos en mantas, dimos otra vueltecilla más por las dunas, más fotos... y de vuelta hacia Wadi Musa.
Benjamin y yo quedamos en que como nuestro plan era ir a Aqaba, yo para quedarme unos días haciendo submarinismo, y él para seguir rumbo a la frontera con Israel, que iríamos juntos desde Wadi Musa a Aqaba. Así que cogimos las mochilas, y Nawwaf nos llevó a la estación de bus de Wadi Musa. Antes de ir hacia el bus, le pregunté a Nawwaf cuánto le debía por la excursión, y me suelta que ¡80 dinares! Le dije que me parecía muchísimo teniendo en cuenta que me dijo que pagaría el compartir la gasolina y la comida. Me contestó que no recordaba eso, que él tenía su negocio de hacer tours por el desierto, y que hasta me estaba haciendo una rebaja del precio habitual. 80 dinares por llevarme al desierto, cenar una patatas y tomates cocidos, dormir sobre unas colchonetas, y traerme... Al final le dí 50 dinares, ninguno de los dos nos quedamos contentos con el resultado pero bueno... Lo importante es la experiencia vivida, pero parece que con este hombre hay que dejar las cosas bien claras desde el priincipio que sino luego te llevas sorpresas.
Al llegar a Aqaba, Benjamin y yo nos separamos, él hacia la frontera con Israel para ir a Jerusalem, y yo hacia el centro de buceo con el que había contactado. Pero ya hemos quedado que cuando Ewe y yo vayamos hacia Chiapas nos podremos quedar sin problemas en su casa.
Así que ya estaba en un nuevo destino, Aqaba, ciudad en la punta sur de Jordania, muy cerquita de la frontera con Israel, y famosa por ser lugar de vacaciones para jordanos y de buceo en el Mar Rojo para extranjeros, como era mi caso... jiji. A las afueras de Aqaba, hacia el sur bordeando el Mar Rojo, hay como una villa frente a la playa con varios centros de buceo, la mayoría con hostales incluidos. Yo había buscado el alojamiento con el centro de buceo Adventure Divers, me habían dado muy buenas referencias de ellos, y además conseguí una oferta para dormir al aire libre, en la terraza de la piscina, por 7 dinares al día con desayuno incluido. El tipo de alojamiento que más me gusta y encima es el más barato... ¡perfecto! jeje
Aquí tenéis una foto del hostal, lo que se ve al otro de la piscina a la izquierda, ese altillo, es mi "habitación".
Como Aqaba está al sur, tocando prácticamente con África, la temperatura en estas fechas es muy buena, calorcito por el día y por la noche, así que por la noche se está de coña durmiendo fuera, estoy seguro que tengo la habitación más grande y con mejores vistas del hostal...jeje
Como os he comentado, mi propósito en Aqaba era principalmente bucear en el Mar Rojo, famoso por sus corales y la gran variedad de especies marinas. Desde que empecé el viaje, siempre tenía en la mente este día... Me había sacado el título de submarinismo pocas semanas antes de empezar el viaje, y estaba deseando volver a sumergirme.
¡Y la verdad que la experiencia no ha podido ser mejor! Las únicas inmersiones que había hecho habian sido durante el curso, en Mataró, donde tampoco hay mucho para ver. Pero aquí en el Mar Rojo, ¡qué maravilla! Corales por todas partes, de todos los colores, de todas las formas, texturas... Peces nunca vistos hasta ahora, peces payaso (sí, el de la peli de Nemo), barracudas, morenas, ostras enormes, erizos, peces escorpión, anguilas, langostas... y un sinfin de especies que no sé identificar pero igualmente preciosas. Incluso hay un par de inmersiones en los que puedes ver un barco y un tanque hundidos, ¿un tanque? jeje. Ambos fueron sumergidos por el gobierno de Jordania, para crear corales artificiales y de paso servir de reclamos turístico. Sé que todo esto ya sería le leche si estuviese documentado con fotos, pero no tengo cámara acuática, y el alquiler de una es una pasta, así que prefiero reservar ese presupuesto para otras inmersiones aún más emocionantes. Aún así os dejo las fotos del barco y el tanque sacadas de Internet.
En total he hecho dos inmersiones, y otro día un poco de snorkel. La experiencia con el centro ha sido genial, sobre todo el guía en las inmersiones, un chico de 20 años muy simpático, que incluso mientras estaba haciendo snorkel, me llamó para que fuese hacia la orilla para unirme a él y unos amigos a fumar shisha, beber té...
Así que en total he pasado 3 días en Aqaba, lo más parecido a unas "vacaciones tradicionales", con piscinita, relax, playa... Pero uno tiene el culo inquieto y tanto tiempo así no puede ser, así que ya toca ir caracoleando hacia otro lugar, o mejor... ¡hacia otro país! Más información en próximos capítulos.
Cuando el poder del amor prevalezca sobre el amor al poder, el mundo podrá vivir en paz.