Luxor III, conociendo otra dimensión de la historia egipcia

Para todos aquellos fanáticos de la cultura egipcia, todos aquellos que os hayáis quedado con hambre de más lugares llenos de historia, tranquilos, que Luxor da mucho de sí. Y es que esa ha sido la sensación que he tenido desde que llegué a Luxor. Nunca me había interesado demasiado por la historia egipcia, aunque sentía que era algo que tarde o temprano llegaría a mi vida. Al visitar las primeras tumbas, los primeros templos, te vas familiarizando con la mitología egipcia, sus creencias... Y cada vez tienes más y más hambre de historia egipcia.

Para el segundo día de visita por West Bank en Luxor teníamos un gran plan. María, la dueña del hostal, que como ya os comenté es una apasionada de la historia egipcia, se ofreció a montarnos una rutilla para visitar las Tumbas de los Nobles, el Valle de los Colores, el Valle de las Reinas, la Villa de los Trabajadores y el Ramesseum, para la cual contaríamos con la ayuda de un chico que vive cerca de las tumbas y se conoce la zona al dedillo, ya que moverte por tu cuenta por ahí es bastante difícil. Y no sólo esto, María se ofreció a venir con nosotros y hacernos de guía, pagándose ella sus entradas y sin pedirnos nada a cambio, sólo (y no poco), porque le encanta visitar a menudo las tumbas y hacer vida con los viajeros del hostal. ¡A ver en qué hostal encuentras algo así! jeje Así que nos pusimos en ruta la pareja australiana (Natasha y David), María, el guía local y el menda.

 David, Natasha y el caracol

La primera parada fue el Valle de los Nobles. Aquí se encuentran las tumbas de las personas más importantes de la cultura egipcia después de los faraones, como visires o escribas. Evidentemente, estas tumbas no se puede comparar en tamaño, dibujos, colores... a las tumbas de los faraones. Pero a la vez proporcionan una visión totalmente nueva de la historia egipcia. Me explico...En las tumbas de los faraones, como es obvio, el protagonista absoluto es el faraón, apareciendo también figuras de dioses, en algunos casos su familia (en tamaño bastante pequeño)... Mientras que en las tumbas de los nobles, sientes un entorno más acogedor. Imágenes representando la vida social, imágenes del protagonista con su mujer cogiéndose de la mano, imágenes de amigos u otros familiares... Todo con el objetivo de que al volver a la vida, todas las personas referenciadas en la tumba se puedan reunir de nuevo para comenzar todos juntos una nueva aventura, ¡simplemente precioso! Especialmente, a destacar la tumba de Sennofer, o "tumba del vino", ya que todo el techo está decorado con pinturas de vides, lo que te hace sentir como si estuvieses andando por el interior de un pequeño bosque, algo mágico.

Tumba de Sennofer

Es curioso cómo en muchas de las tumbas, tanto de faraones como resto de personajes, muchas de las caras de dioses o del fallecido han sido borradas. En el caso de los dioses, porque imperios sucesores del egipcio consideraba esas imágenes como paganas y por lo tanto debían ser eliminadas. En el caso de las caras de los faraones, visires... porque se creía que al borrar su cara nunca podrían volver a la vida.

Al igual que en las tumbas de los faraones, en estas no se puede sacar fotos, así que para que os hagáis una idea os pongo algunas sacadas de Internet.

Dibujo en la tumba de Menna

Tras este viaje por el Egipto más cercano, tocaba visita a la siguiente capa social de la sociedad egipcia, la Villa de los Trabajadores. En este lugar, se conservan restos de las casas donde vivían los artistas y obreros encargados de la construcción y decoración de las tumbas de los faraones y los nobles. Sin embargo, lo más interesante de este lugar son las propias tumbas de algunos de estos artistas. Y es que como ya habéis podido ver, los preparativos para el paso a otra vida era algo sobre lo que giraba en gran medida la vida de la sociedad egipcia. Por lo que aparte de los faraones, visires, escribas, administradores... las personas que se lo podían permitir, se construían sus propias tumbas, como el caso de los propios artistas, que en los ratos libres que les quedaban de construir las tumbas de los faraones y nobles, se ayudaban unos a otros a construir las suyas. Esto hacía que estas tumbas tengan un aire más personal, más familiar, con el protagonista de la tumba siendo no tan protagonista, ya que ese papel debía quedar reservado a la más alta sociedad.

Tumba de Pashedu

Después de esta interesante visita, tocó un poco de caminata por el Valle de los Colores para dirigirnos hacia el Valle de las Reinas. El Valle de los Colores es un lugar que no suele aparecer en las guías o en los tours que se organizan en Luxor, tuvimos el privilegio de ir ahí ya que el guía local se conoce muy bien la zona. En este valle se encuentran las minas de rocas que utilizaban en el Antiguo Egipto para obtener los colores con los que decorar las tumbas, mezclando el mineral con clara de huevo, de ahí el nombre del Valle de los Colores. Mientras vas andando por él, te sientes como un auténtico explorador intentando encontrar piedras de diferentes colores con los que dibujar con tu imaginación.

Piedras del Valle de los Colores

 Tras la excursión exploradora de colores, llegamos al Valle de las Reinas, donde encuentran las tumbas de algunas de las mujeres de los faraones, junto a tumbas de algunos de sus hijos/as. La joya de este lugar es la tumba de Nefertari, mujer de Ramses II. Sin embargo, la tumba lleva cerrada varios años para evitar su deterioro, aunque por lo que nos dijeron, con una buena cantidad de dinero todo era posible... Las tumbas que visitamos en el Valle de las Reinas a mi parecer no tuvieron nada destacable, ya que su estado comparado con las ya visitadas era bastante malo.

Y como último plato del día, pero no por ello menos sabroso,  quedaba el Ramesseum, el templo mortuario de Ramses II. Un templo impresionante, característica habitual de las construcciones de Ramses II. Con 2 pilones decorados con inmensas estatuas del faraón con las que debilitar la moral de cualquier enemigo. Para lo que parece que llegó a ser el templo en cuanto a tamaño, apenas queda en pie un 30 %, pero esta pequeña parte es suficiente para hacerte una idea de su majestuosidad y sentirte un poco más cerca de la historia egipcia. Si a todo esto, unes el estar prácticamente solo visitando el templo, y la hora del atardecer, tienes una combinación que hace que la visita sea aún más especial.

Y este día tan maravilloso, con una guía única, unos compañeros de viaje increíbles y unos lugares mágicos, no pudo tener mejor casi-final que volver hacia el hostal cruzando el rio Nilo en el ferry local, disfrutando de los colores del atardecer. Un trayecto de pocos minutos en silencio, simplemente estando.

Antes he comentado que este había sido el casi-final, porque si con todo esto no fue poco, al llegar al hostal nos esperaba... ¡la fiesta de cumpleaños de María! Si chicos, después de más de 6 horas pateando entre tumbas, por valles en el desierto, templos... A la famosa María le quedaban fuerzas para celebrar su cumple con los viajeros del hostal, su marido Sayid, Aladdin, el guía que vino el día anterior con nosotros, y unas poquitas personas más. La tendríais que haber visto a sus recién cumplidos 67 años, menudos bailecitos que se marcó al más puro estilo Shakira. ¡Muchísimias felicidades María!, no por tu cumpleaños, sino por ser como eres y por ser una de las protagonistas en la aventura de todos los viajeros que pasan por el hostal.

Si aprendes a aceptar en lugar de esperar, es cuando desaparecen las decepciones.