El paso de Israel a Jordania lo hice por la frontera de Allenby Bridge, ya que es la más cercana a Jerusalem y Amman, la capital jordana, y mi primer destino, donde me esperaba Hsiang, la chica taiwanesa que conocí en Nazareth. En esta frontera no tramitan visados, así que ya lo había sacado en Barcelona, y además, tiene fama de ser el paso entre los países más caro y más farragoso... Finalmente no fue para tanto la cosa, primero cogí una furgoneta-taxi en Jerusalem que junto con otra gente te lleva a la frontera. Una vez en la frontera, chequeo de pasaportes por la policía, y pago de la tasa de salida de Israel, 173 NIS. Una vez sales de la terminal de Israel, hay que coger un bus por 6,5 dinares jordanos (más o menos el dinar está a la par del euro), el bus te lleva hasta la terminal de Jordania, chequeo de pasaporte, de visado, ¡y ya libre en Jordania! Ya sólo quedaba llegar hasta Amman. Como suele ser habitual en estos sitios, una bandada de taxistas se te acercan para ofrecerte sus servicios, pero yo, lector experimentado de foros de viajes, empeñado en ir en bus, a la manera local :-D Así que cogí el bus hasta Amman por 3 dinares, que como veis son lo último en el mundo autobusero...jeje
Una vez en Amman y fuera del bus, de nuevo la manada de taxistas, algo constante con lo que lidiar por estas tierras, pero según cómo te lo tomes, tiene su encanto. Había llegado el momento, primer regateo en tierras árabes, se iban a enterar... Había mirado en Google Maps que no estaba muy lejos de donde me había dejado el bus a casa de Hsiang, así que los 5 dinares que me propuso el taxista de inicio eran demasiado. A ver, sé que en España por ejemplo 5 dinares=euros es muy poco para un taxi, pero aquí por una carrera de 20 minutos te sale unos 3 dinares, y no es la cuestión del dinero, sino de que no se aprovechen de ti. Yo me cerré en que de más de 2 dinares no subía, el taxista bajó hasta 3, pero no llegamos al acuerdo que yo pretendía. "Da igual, me voy a pata que no estoy muy lejos"... Primera en la frente y primera lección aprendida, 90 minutos me tiré andando con todo el equipaje hasta llegar a casa de Hsiang... Después de unos días por aquí ves que negociando un poco se llega a precios "normales", sin que se intenten aprovechar tanto.
Los dos primeros días en Amman aproveché para visitar la ciudad. No es que tenga mucho para ver, pero me tomé esos días con muuuucha calma. En Amman básicamente hay para visitar la ciudadela, entrada por 2 dinares, situada en la colina más alta de Amman, con restos arqueológicos desde la Edad de Bronce, aunque la mayor influencia es de los Árabes Umayad (tranquilos, hoy no toca lección de historia...jeje). En la ciudadela se pueden visitar diferentes construcciones como una mezquita de la época de los Umayad.
Y la otra gran atracción, el templo de Hércules de la época romana, con la parte antigua de Amman como fondo de escenario.
¡Sí sí! ¡Eso que veis en las fotos son nubes! Creo que son las primeras nubes desde que empezó el viaje...jeje
La visita no está mal como primer contacto con Amman, además puedes disfrutar de unas buenas vistas de la ciudad, y sobre todo de otra de sus atracciones, el teatro romano.
Ya con esta imagen podéis apreciar levemente lo que es Amman. Ciudad enorme, edificios por todas partes, caos, u orden jordano, según se mire...jeje. Mucho ruido de coches, de gente, "aire" denso, cada cruce de acera una aventura, llamadas para la oración, sentirte observado, amabilidad... En resumen, una oportunidad para conocer cosas nuevas y poner a prueba tu capacidad de adaptación.
Como os comentaba, tras la visita a la ciudadela, tocaba ir a ver el teatro romano, en este caso nada de especial en cuanto a su estructura comparado con otros ya vistos, pero sí por estar en medio de la ciudad.
Otra visita imprescindible y recomendación personal sin duda alguna es probar el knafeh en el restaurante Habiba, ¡qué delicia! El knafeh es un postre de queso típico árabe que se sirve caliente y se puede encontrar en todas las pastelerías. Sólo de pensar en ello estoy salivando...
Como no, otro de los sitios que a mí gusto y es imprescindible para vivir el ajetreo local es el mercado. Y en este caso no podía ser menos, diferentes colores, olores, gritos por todas partes en árabe, precios bajísimos (desde el punto de vista europeo claro...)
En medio de tanto alboroto, coches, contaminación... existe un local en medio de la zona vieja de la ciudad en el que parece que te transporte a otro sitio. Un local tranquilo, adornando sus paredes con pinturas de banderas del mundo, donde charlar un ratillo con gente local, es el Café Al-Rasheed, situado en una terracita con vistas a la principal calle del centro, ideal para fumar una sisha, tomarte un té... ¡Que conste que no me llevo comisión eh! :-P
Y por supuesto, estando en Jordania, país árabe, no podía faltar tampoco la visita a alguna mezquita. En mi caso ni mucho menos por motivos religiosos, sino más por razones arquitectónicas, y como sabéis, me gusta sentir la energia de estos lugares. En Amman, la mezquita más famosa es la Mezquita del Rey Abdullah, o mezquita azul.
Como digo, independientemente del significado religioso del complejo, es un edificio realmente bonito, de esos que abruman por su tamaño, y que una vez dentro te invade una sensación de respeto, silencio y poder interior mágico, de vez en cuando interrumpida por el sonido del móvil de algún respetuoso musulmán.
En cuanto a turisteo por Amman esto ha sido prácticamente todo. En un día, día y medio como mucho ves lo más significativo, aunque como en mi caso, 5-6 días te permiten visitar otros sitios cercanos, familiarizarte con la ciudad, con su ritmo, con su gente, y sobre todo... ¡con el delicioso knafeh! :-D
Hoy no os pondré una cita, sino un trozo del guión de la película francesa "El planeta libre", prohibida por la Unión Europea ante el peligro que puede causar en la mentalidad de la sociedad. ¡Más que recomendable!
(Mujer1) - Y esto, ¿Qué es esto?
(Mujer2) - Un pintalabios.
(Mujer1) - ¿Y para qué sirve?
(Mujer2) - Para ponérselo en los labios, así...[gesto pintándose los labios]
(Mujer1) - Ah...en los labios...¿es un medicamento?
(Mujer2) - No... no es un medicamento, es para parecer guapa.
(Mujer1) - ¿En serio?
(Mujer2) - Para estar sexy
(Mujer1) - ¿Sexy?
(Mujer2) - Bueno, para gustar
(Mujer1) - ¿A quién?
(Mujer2) - A todo el mundo...
(Mujer1) - ¡Eso debe de ser difícil!
(Mujer2) - Para que te quieran.
(Mujer1) - Ya entiendo, es un medicamento que sirve para que todo el mundo te quiera
(Mujer2) - No, no exactamente.
(Mujer1) - Y si no te lo pones nadie te quiere, ¿es así?
(Mujer2) - Sí, sí...pero... es difícil de explicar.....
(Mujer1) - ¿Y esto?
(Mujer2) - Son fotos. Max, mis padres, y mis hijos de pequeños.
(Mujer1) - ¡Ah! Son las personas que quieres... Y... ¿por qué no usan pintalabios?
Podrias mandarme un caho de knafeh y un pintalabios ?? jajajaja
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