Pero... ¿qué tiene Baños de especial? Para un amante de la naturaleza, y sobre todo, de lugares en los que ésta se muestra en todo su esplendor, Baños es todo un paraíso. Levantas unos centímetros la vista, y mires donde mires, ves verde por todas partes; el volcán Tungurahua haciendo de las suyas con algún que otro temblor de tierra, algún pedete humeante y si tienes "suerte", algún que otro escupitajo de lava; la ruta de las cascadas haciendo las delicias no sólo de la vista y los oídos, sino de los espíritus más aventureros con ofertas de bungee jumping, tirolina, y la nueva atracción de la zona, el canopy (colgarte con un arnés de un cable para pasar de un lado al otro del valle y así tener vistas privilegiadas de las cascadas). Ni siquiera el intrigante nombre del hostal, "Pensylvania", podría evitar que disfrutásemos de todas estas maravillas.
El primer día en Baños lo aprovechamos para pegarnos una buena caminata, a priori y según las indicaciones del personal del hostal la podríamos hacer en 2:30 horas o 3, y finalmente fueron más de 4 horas... La primera parada de la excursioncilla fue el mirador de Bellavista, con el nombre y la foto sobran más explicaciones.
Vista de Baños desde el mirador Bellavista
Hasta ahí todo bien, caminillo empinado por el monte y disfrutando a cada paso de vistas cada vez más impresionantes del Baños y la naturaleza que le rodea. Desde el mirador de Bellavista, el siguiente objetivo era la Casa del Árbol, (en este caso tampoco hacen falta explicaciones de qué se trata...), una casita situada en el centro de control de la actividad del volcán Tungurahua. Fijo que alguno ya tenéis en mente un moderno edificio, con lo último en tecnología sísmica... Se trataba de una simple cabañita, administrada por el mismo hombre desde hace más de 30 años, el cual no recibe un centavo por la labor, lo cual compensa con un original columpio colgado de la casa del árbol, y por el que pide una propina para usarlo.
Jugando en el columpio de la Casa del Árbol
El lugar donde se encuentra esta casita, sirve también como mirador del volcán Tungurahua, pero teniendo en cuenta el clima de la zona, es toda una lotería el que la niebla te permita ver uno de los volcanos más activos de Sudamérica. Como podéis ver en las fotos, aquel no fue un día de suerte, pero aún así mereció mucho la pena la caminata, tanto por las vista de baños, el divertido camino que tuvimos que ir siguiendo a través de túneles naturales y amenas conversaciones con indígenas curiosos por nuestra procedencia y por nuestra situación económica como europeos...jeje Y tras la dura pero gratificante excursión, nos dimos un homenaje en forma de locro de queso y aguacate, una crema de papas que tras la jornada física y fría entró como anillo al dedo.
Para el día siguiente, fuimos víctimas de las masas y cumplimos con la principal atracción de Baños, recorrer la ruta de las cascadas, también conocido como de las 9 novias. Para hacer este recorrido de apenas 6 km, las numerosas agencias turísticas de Baños te ofrecen múltiples opciones: bici, quads, moto, chiva con guía... Nosotros optamos por la más barata, ecológica y gratificante, a hacer ejercicio en bici. Cuando estuve en Baños hace 5 años, hice el mismo recorrido dos veces, una andando (demasiada paliza), y otra en chiva con guía (poca independencia), así que de momento la opción de las dos ruedas se lleva el premio.
Ya desde el primer kilómetro saliendo de Baños tuvimos los primeros regalos para nuestros sentidos, primero con la impresionante represa hidroeléctrica de Agoyán, que aparte del evidente aporte energético, la apertura de las compuerta ayuda a la oferta de rafting por el río Pastaza, a lo largo del cual van apareciendo como por sorpresa una por una cada cascada.
Represa de Agoyán
Ewelina a la conquista de la vuelta a Baños
Como suele pasar, allí donde hay un atractivo natural, hay seres humanos tratando de sacar tajada económica, y aquí no podía ser menos. En cada punto donde encuentras unas cascada, automáticamente ahí está un largo cable que atraviesa el rio por las alturas, y una cestita o arneses esperando a los turistas más aventureros y gente local frotándose las manos.
Valle del rio Pastaza
Dos de las cascadas de la ruta
Y como guinda al pastel de la jornada ciclista, la estrella de la ruta, la guinda del pastel, los 5 minutitos de más durmiendo antes de levantarte, ese gol en el último minuto... ¡el Pailón del Diablo! Es una cascada de más de 100 metros, a la que se accede a través de un sendero que baja por la ladera del valle, pudiendo llegar al ladito de la caída de agua, y presenciar la fuerza bestial de la naturaleza. Es un lugar con una energía increíble, una magia especial, en el que te quedas observando, escuchando, sintiendo en tu piel el agua pulverizada de la cascada durante largo rato como hipnotizado. Nada de psicólogos, pastillas anti-estrés ni cosas así... Una visita a un lugar es toda una limpieza interior, y por supuesto exterior, porque nadie se libra de acabar empapadito.
Diferentes vistas del Pailón del Diablo
Como nos suele pasar, es imposible, al menos con nuestras habilidades fotográficas, captar en una foto la fuerza, magnitud y energía que regala la cascada. Así que ya sabéis, visita obligada al Pailón del Diablo y acabar bien mojaditos.
Para el último día en Baños, antes de caracolear hacia el siguiente destino, aprovechamos para ampliar la colección de fotos recorriendo las calles de Baños. Aunque los principales atractivos del pueblo se encuentran en sus alrededores, merece la pena un paseito por la localidad, a la catedral, que nunca falta a su cita en cada pueblo de América Latina, y ponerte los dientes largos con las ofertas de las agencias turísticas para ir a visitar la selva amazónica, tribus indígenas... ¡Pero habrá que dejarlo para la siguiente visita a Baños! :-P
Plaza principal de Baños y la catedral
Calle de Baños
En nuestra próxima quedada, nos vemos en un lugar lleno de experiencia gastronómicas, naturales, filosóficas, espirituales y físicas. ¡No faltéis a la cita!
"Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras que el género humano no escucha". Victor Hugo.
Me alegra mucho saber que les gusta ese pedacito de tierra de mi bello Ecuador, de este país pequeño , pero con mucha belleza natural... un abrazo y que sigan caracoleando ;)
ResponderEliminarSi Fanny! Ecuador es un país que te ofrece todo, una pequeña caja llena de maravillas. Un abrazo enorme y gracias por seguirnos!
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