miércoles, 26 de febrero de 2014

Playa Blanca, la arena blanca y aguas cristalinas también existen en Colombia

Recapitulemos... Habíamos pasado los últimos 3 días en Cartagena de Indias, un precioso centro histórico, calles adornadas con balcones llenos de flores, precios altos, y calor, muuuucho calor. Antes de movernos de nuevo hacia el interior de Colombia en Medellín, teníamos un par de días en los que no teníamos planeado qué hacer. Pidiendo recomendaciones a conocidos colombianos nos dieron varias propuestas, Coveñas, San Bernardo, Playa Blanca... Todos ellos lugares famoso por sus lindas playas. Finalmente, por las fotos que habíamos visto, opiniones leídas en Internet como lugar para mochileros, y por su cercanía a Cartagena (en dos días teníamos un vuelo desde Cartagena a Medellín), optamos por Playa Blanca, un lugar escondido dentro de lo que se conoce como islas Barú, un archipiélago paradisíaco, de esos que sólo con ver fotos por Internet ya se te cae la baba. Además, todo hay que decirlo, a nivel personal, la forma de llegar hasta Playa Blanca hacía que fuese otro punto más a su favor.

Y es que para llegar a Playa Blanca desde Cartagena hay dos maneras:

- Ir al muelle de la torre del reloj, donde multitud de agentes turísticas te ofrecen el viaje en lancha hasta Playa Blanca por unos 35000 pesos por persona. Esta es la forma cara, sencilla y menos emocionante... :-D

- Tomar un bus desde Cartagena a un pueblito que se llama Pasacaballo. En Pasacaballo tomar un ferry que por 2000 pesos te cruzan de un lado a otro de un río, en el que al otro lado te esperan un montón de moto-taxistas cuyo negocio se basa en transportar a los turistas desde el ferry hasta Playa Blanca por unos 10000 pesos por personas. Esta es la forma barata, en total unos 14000 pesos por persona, ¡y más entretenida! Sobre todo el trayecto de unos 20 minutos en moto-taxi con las mochilas a cuestas.

Nosotros por supuesto elegimos la segunda opción, y así de paso probar uno de los medios de transporte que no habíamos probado hasta con las mochilas, ¡la moto! Divertido el viajecito, pero una y no más...jeje

Moto-taxistas esperando a que el ferry salga 

 El "motor" del ferry, una barquita atada con unas cuerdas

Ewe en pleno viajero moto mochilero

Las motos nos dejaron a la entrada de Playa Blanca, una playa de unos 3 kilómetros de largo, en donde aproximadamente el 80% de su litoral está ocupado por pequeños alojamientos en forma de cabañas en altura, hamacas y tiendas de campaña.

Playa Blanca

A ver... Playa Blanca es un lugar precioso, paradisíaco, aguas cristalinas, arena finísima de color blanco... Pero donde apenas hay un metro libre en la costa entre tanto alojamiento, restaurantes... Con la consiguiente llegada masiva de turistas y la basura que todo esto genera. Aunque siempre podría ser peor, al menos de momento las cabañas que sirven de alojamiento están gestionadas por una asociación de gente local que tienen la exclusividad para explotar la playa. Pero como suele pasar en este tipo de lugares, los tiburones extranjeros ya están empezando a echar el ojo a Playa Blanca y ahora andan con alguna que otra pelea por evitar que grandes cadenas hoteleras extranjeras se apoderen del lugar... Tristemente, creo que en este caso se aplica el dicho de "tiempo al tiempo".

Antes de ir hacia Playa Blanca, habíamos mirado en Internet el blog de un par de mochileros que recomendaban una de las cabañas, la de don Alex. Y la verdad que se agradece ir ya con una referencia, porque nada más llegar a la isla, sin poder disimular nuestra reciente llegada con las mochilas al hombro, a cada paso se acerca alguien ofreciendo alojamiento, hamacas, cabañas, camping... Con pocas diferencias entre las diferentes ofertas, aparte del precio, entre 40000 y 70000 por cabña, menos por camping o hamaca, el contar o no con un generador de electricidad, y las cabañas más o menos acondicionadas, desde un simple suelo de madera en alto con un colchón, como fue nuestro caso, hasta cabañas cerradas con ventilador, cama y otros muebles. En común, baños "improvisados", utilizando el agua del mar como cisterna y duchas a base de cubos de agua dulce.

Cabaña de don Alex, la nuestra era la que está sobre el cartel verde de la derecha

Estuvimos un día y medio en Playa Blanca, tiempo que aprovechamos para vivir en su más pura esencia la amabilidad de la gente costeña, que desde el primer momento que llegamos nos hicieron sentir como si llevásemos en Playa Blanca varias semanas; para practicar un poco de snorkel, aunque el mar estaba bastante movido y el fondo revuelto no dejaba ver mucho; y simplemente pasear por esa lindísima playa de arena blanquecina, tostarnos al sol (alguno más que otras...) y bañarnos en las aguas del mar Caribe, las más calientes en las que nunca nos habíamos metido hasta ese momento.

Atardecer desde la cabaña 

Fusión mexico-colombiana en Playa Blanca 

Alex, el dueño de las cabañas al fondo y otro viajero francés 

La verdad que porqque teníamos que irnos de nuevo hacia Cartagena para tomar un vuelo a Medellín, que sino muy gustosamente nos habríamos quedado un par de días más en ese paraíso de Playa Blanca, disfrutando de las ensaladas de frutas, los jugos, e incluso deliciosas hamburguesas vegetarianas preparadas por uno de los simpatiquísimos locales.

Para la vuelta a la civilización en Cartagena, ya habíamos tenido bastante emoción con el viaje de ida con bus-ferry-mototaxi, y esta vez optamos por tomar una lancha directa hasta Cartagena. Sí, ya sé que antes he dicha qque esta era la opción menos emocionante, pero el trayecto Playa Blanca-Cartagena apenas cuesta 15000 pesos por persona, así que una cosa es buscar la emoción, y otra hacer el ganso...jeje

Ya con los pies en tierra cartagenera, a darnos un buen festín para el almuerzo, y corriendo para el aeropuerto de Cartagena para tomar el vuelo a Medellín, donde nos esperaban John Alex, un viejo amigo de Ewe, y su mujer Lucía.

Con todo esto poníamos punto y aparte a la ruta por la costa caribeña. Muchos sitios inolvidables descubiertos, muchísimos más aún por descubrir, tanto terrestres como submarinos, y un siempre bienvenido moreno gracias al incansable sol de la costa, en algún caso tirando a rojo cangrejo.

Cuidemos nuestro planeta, porque cuando no naya más árboles ni flores, ¿a qué le vamos a cantar?, ¿a los edificios? Noé González.

viernes, 21 de febrero de 2014

Para pasar auténtico calor en pleno Febrero, ¡ve a Cartagena!

¿Por qué en todo viaje a Colombia prácticamente todo el mundo no se pierde la visita a Cartagena de Indias? Puede ser por su centro histórico, lleno de vida colombiana, de ambiente colonial, un pasaje en el tiempo sin escalas; puede ser por los seguidores de Garcá Márquez con ganas de sentirse protagonistas de su famosa novela "El amor en los tiempos del cólera", desarrollada en las calles de la ciudad cartagenera; e incluso, aunque menos probable, podría ser por aquellos que durante los meses invernales en Europa estén anhelando el calor propio del verano. Pero lo que importa en este caso, ¿cuáles fueron nuestros motivos? Pues un poco de todo ello, además que nos pillaba de camino en la ruta recorriendo la costa nortey  es un buen punto de escala hacia paradisíacas islas caribeñas.

Centro histórico de Cartagena

Para llegar a Cartagena, tomamos un bus desde Santa Marta que tras un entretenido viaje recorriendo la costa, nos dejó en la terminal de bus de Cartagena en apenas 4 horas por unos 20000 pesos (unos 7 €). Como la terminal queda a las afueras de la ciudad, tocó coger un nuevo transporte, en este caso, lo que como suele ser habitual en varias ciudades colombianas, el conocido como "metro", pero que no es más que un bus urbano que conecta los puntos principales de la ciudad con paradas propias. Así que tras más de una hora para atravesar la concurrida ciudad, por fin llegamos al barrio de Getsemani, conocido por su buena ubicación, cerca del amurallado centro histórico, y por contar con la mejor oferta de hostales y restaurantes. Y es que teniendo en cuenta que Cartagena es con diferencia la ciudad más cara de Colombia, había que intentar conseguir algo lo más económico posible.

 Barrio de Getsemani, Cartagena

Pero aún no había acabado ahí el ajetreo con las mochilas a cuestas, faltaba encontrar alojamiento. Habíamos intentado buscar algo por Internet el día anterior, pero los precios nos parecieron excesivamente altos y las opciones económicas no parecían del todo fiable. Y es que en muchas ocasiones te encuentras in situ hostales que no salen en Internet, o incluso que salen pero si vas en persona tienen mejores precios. Pero en el caso de Cartagena, vimos que incluso buscando en directo se estaba poniendo difícil el tema. Y a pesar de que contamos con la gran ayuda de nuestro improvisado agente turístico "negrito", un simpático cartagenero que se gana un dinerillo ayudando a los recién llegados a la ciudad y que necesiten "cualquier cosa". El hombre nos fue llevando por diferentes hostales, pero a cada cual tenía peor pinta, desde habitaciones con un olor a humedad increíble que según palabras del dueño era debido al ambientador... :-O, u hostales en los que se veía circular bastante ajetreo de chicas ligeras de ropa saliendo de habitaciones con hombre entraditos en años semidesnudos... Finalmente negrito nos encontró una opción bastante decente, el hotel Centenario, que a pesar de no ser el estilo de alojamiento que frecuentamos, ya que al ser un hotel no había gente joven ni muchas opciones de interactuación, las instalaciones estaban bastante bien y a precio decente tratándose  de Cartagena, 70000 pesos la noche (unos 25 €), un precio bastante ajustado, aunque luego comprobamos que la discoteca que hay justo al lado con música a tope cada noche seguro que influía en el precio...jeje

Hotel Centenario, Cartagena

 Bueno... ahora sí que estaba todo listo para nuestra estancia en Cartagena. Mochilas descargadas, cómoda habitación, ¡con aire acondicionado! ¡imprescindible para sobrevivir en esta zona! y toda la ilusión por empezar a descubrir la ciudad, pero mejor empezamos al día siguiente, que ya era de noche y los días de mudanza siempre son cansadillos.

Al día siguiente, a pesar de nuestras inocentes intenciones de levantarnos prontito para empezar la jornada turística, el ajetreo del día anterior y la comodidad de la cama fue superior a nosotros y empezamos el día un poco tarde, ¡error! En una ciudad como Cartagena, en donde a partir de las 12:00 cada vez hay menos gente por la calle debido al intenso y sofocante calor, es un suicidio salir del alojamiento para patear la ciudad a las 11:00. Sin embargo, hay una característica  de la costa caribeña que hasta cierto punto compensa ese calor, los deliciosos jugos de muchísimos tipos diferentes de frutas de las que la mayoría nunca habíamos oído su nombre. Desde refrescantes jugos de lulo con agua, hasta dulces jugos de guayábana con leche, e incluso el nunca decepcionante jugo de fresas con leche, por supuesto siempre naturales y recién hechos, por apenas unos 3500 pesos (algo más de 1 €)

Festival de colores y sabores

Jugos de fresa y guanábana con leche

En cuanto a la visita por Cartagena, básicamente se centró en dos lugares, el barrio de Getsemani y el centro histórico amurallado. Como he comentado antes, en el barrio de Getsemani es donde se concentran los alojamiento y restaurantes más económicos y locales comparando con los del centro histórico. Y es que el centro de Cartagena ha sufrido una transformación radical y propia de los lugares que se convierten en nidos de turistas. El atractivo económico originado por la llegada masiva de turistas, ha hecho que la zona amurallada de Cartagena se haya convertido en un lugar conquistado por inversiones extranjeras, hoteles de lujo, restaurantes de precios prohibitivos para la gente local... Lo que ha provocado la expulsión de la gente nativa hacia otros barrios de la ciudad. 

 Haciendo amigas por Cartagena

Uno de estos barrios que mantiene a duras penas cierto aire auténtico cartagenero es el barrio de Getsemani, en el que se mezclan los viajeros de estilo más mochilero con la población cartagenera que busca conquistas extranjeras o simplemente seguir viviendo en el barrio en el que crecieron. Seguro que hasta el día de hoy Getsemani ha sufrido bastantes cambios debido a la llegado de este otro tipo de turistas como nosotros, pero espero que el tiempo permita mantener esta atractiva combinación entre visitantes fugaces llegados de todas partes del mundo y la simpática población cartagenera.

Plaza de la Trinidad en Getsemani

Cartagenero vendiendo fruta en la calle

En cuanto al centro histórico, a pesar de las circunstancias económicas extranjeras que lo hacen así, no deja de ser toda una belleza. Una fortaleza amurallada consecuencia de su pasado histórico, protagonizado por las colonos españoles y los continuos ataques piratas al ser una jugosa golosina portuaria llena de tesoros. Uno de esos lugares en los que simplemente es necesario pasear, perderte entre sus calles, (con alguna parada técnica para tomar un juego, por supuesto),  descubriendo cada vez que doblas la esquina una nueva vía con casa coloniales decoradas muy gustosamente con balcones floreados y diferentes colores. Habiendo momento que incluso al estar en un cruce de calles, tienes bastantes dudas sobre qué dirección tomar, ya que cada alternativa te ofrece un nuevo paisaje listo para ser capturado por la cámara.

Entrada del reloj a la ciudad amurallada

Ewe en la entrada del reloj

Calle del centro histórico de Cartagena

Catedral de Cartagena

Finalmente pasamos en Cartagena 3 días, en los que además de visitar estas zonas, aprovechamos para quedar con John a tomar unas cervezas, un couchsurfer de la ciudad, que aunque no pudo darnos alojamiento, sí que nos ayudó mucho sobre recomendaciones sobre la ciudad y se preocupó en todo momento porque nuestra estancia fuese lo mejor posible. ¡Incluso nos encontramos con algunos de los buceadores con los que coincidimos en la cabaña en Taganga!

Aunque estuvimos esos 3 días en Cartagena, gran parte del tiempo nos sentimos sin muchas ganas de salir a hacer nada, el sofocante calor que atacaba durante gran parte del día, y la humedad tanto fuera como dentro del hotel nos afectaba a las energías creo yo... Aunque el plan era después de Cartagena poner rumbo a Medellín, donde nos esperaba John Alex, un viejo amigo de Ewe, nos comentó que le iba mejor si íbamos hacia allí un par de días más tarde. Como no nos apetecía nada quedarnos otros dos días en Cartagena, donde el clima veíamos nos afectaba tanto, tocó echar mano de contactos colombianos y san Google para improvisar un destino para los días siguientes. Y ahora, pudiendo recordar el destino escogido, creo que el universo nos hizo un grandísimo favor con ese lugar improvisado para esos dos días, ¿que qué lugar es ese? Ya me conocéis, habrá que esperar al próximo post para saberlo... :-D

¡Un abrazo enormeee!

"No hay que enfrentar los sueños a la realidad, sino crear ésta gracias a aquellos". Carlos González Pérez. "23 maestros, de corazón"

Zatrzymane w czasie Palenque i przyrodniczy raj Aguas Azules!



Campeche z jego przepelniajacym dusze spokojem i mieszkancami o otwartym sercu sprawilo, ze trudno bylo nam znow wyruszyc w droge na spotkanie niewiadomej..Do Palenque, kolejnego celu naszej podrozy jak zwykle zamierzalismy udac sie autobusem. Czekalo nas dobrych kilka godzin jazdy, ktore moglyby byc calkiem przyjemne gdyby nie klimatyzacja, ktora sprawila, ze prawie zamarzlismy na kosc pomimo polaru i ocieplanej kurtki. Noc minela jednak dosc szybko a nad ranem znalezlismy sie w zupelnie odmiennym niz dotychczas swiecie! Miasteczko polozone jest w zielonym stanie Chiapas, ktorego krajobraz zachwycic moze kazdego wielbiciela przyrody i jej wspanialosci.

Byla 7.00 rano i poniewaz zakwaterowanie w zarezerwowanym przez nas hostelu mozliwe bylo dopiero o 12.00, postanowilismy wykorzystac dany nam czas na wizyte slynnych ruin Majow. W tym celu zlapalismy busik, ktory za 20 peso za osobe zawiozl nas na miejsce. Mozliwosc przyjrzenia sie architekturze tej budzacej podziw cywilizacji o wczesnych godzinach rannych mialo swoj niewyslowiony urok. W powietrzu unosila sie mgla, wial delikatny wiaterek, a swiatynie I inne zabudowania Majow trwaly uspione w gestwinie drzew. Podobnie jak w Uxmal pierwsza idea jaka pojawila sie w naszych umyslach byl spacer i zwykle zanurzenie sie w ta tetniaca zyciem kraine, by w ten sposob intuicyjnie doswiadczyc jej energii i odkryc skrywane przez nia sekrety...Podejrzewa sie, ze jedynie 10% struktur miasta ujrzalo do tej pory swiatlo dzienne. Pozostale wciaz czekaja na nasza interwencje.

          Wejscie do Palenque
 Przyroda Palenque

Stanowisko archeologiczne miasta Palenque nalezy do najbardziej zachwycajacych dla kultury Majow. Uwaza sie je za mniejsze niz Tikal czy Copan jednak jak zadne inne zdumiewa dokladnoscia przedstawien. Ukryte w kamieniu wizerunki wladcow i wojownikow przywolywaly poczatkowo skojarzenia z Egipcjanami, mieszkancami Polinezji lub dziesiecioma zagubionymi plemionami Israela. Dopiero w 1831 odkrywca Juan Galindo po raz pierwszy zanotowal w swoim dzienniczku, ze postacie te przypominaly lokalna spolecznosc.

Ciekawa jest rowniez etymologia nazwy miejsca.W XVI w. znane bylo jako miasteczko Chol, Otolum, co przybyly tu w 1567 r. brat Pedro Lorenzo de la Nada przetlumaczyl jako Palenque bliskie katalonskiemu palenc, ktore oznacza fortyfikacje.

Spacerujac po Palenque nie sposob oprzec sie wrazeniu, ze otaczajaca je selva kryje w sobie tysiace tajemnic, ktore w momencie odosobnienia pragna przemowic dawnym glosem i zabrac w podroz do ukrytej przed swiatem siedziby pierwszych mieszkancow. Wsrod zachwycajacych swym ogromem drzew czaja sie odwieczni gospodarze Palenque- monos aulladores, ktore poteznym rykiem daja znac kto tu rzadzi. Niesamowite jest to, ze niejednokrotnie pomylic go mozna z odglosem wydawanym przez jagura, co przy pierwszym spotkaniu budzi przerazenie nawet najbardziej dzielnego podroznika!

 Wiele struktur Palenque wciaz czeka na odkrycie. Dzika przyroda miasta Majow
 Wodospady Palenque

Do najbardziej emblematycznych konstrukcji Palenque zaliczyc trzeba Swiatynie Inskrypcji znajdujaca sie na szczycie piramidy schodkowej, ktora kryje wewnatrz trzy zdobione hieroglifami plyty przedstawiajace historyczny okres dynastii krolewskiej- dzielo Pacala Wielkiego. Co wiecej, wewnatrz swiatyni odkryto tajemne przejscie, ktore prowadzilo w dol piramidy do krypty z cialem Pacala. Grobowiec pokryto substancja trujaca w celu unikniecia grabiezy i zniszczen.

 Palenque. Swiatynia Inskrypcji
 
Kolejna budzaca podziw konstrukcja Palenque jest Palac, ktory dzis nie zachwyca byc moze swoim rozmiarem lub forma, ale przyciaga uwage szeregiem interesujacych struktur, takich jak patia, korytarze, luki i wieza obserwacyjna. Szczegolnie interesujace jest znajdujace sie w jego obrebie patio jencow ze wspaniale zachowanymi przedstawieniami wladcow innych siedzib Majow. Ich wizerunki hipnotyzuja tak, ze dostrzec mozna prawie ich delikatny ruch...
                                                                                           Palenque. Palac

                                          Wizerunek wladcy. Plaskorzezba w patio Palacu
Poza Swiatynia Inskrypcji Palenque oferuje kompleks trzech piramid schodkowych, z ktorych kazda posiada wlasna swiatynie (Swiatynia Krzyza, Swiatynia Slonca, Swiatynia Ulistnionego Krzyza). Upamietniaja one wejscie na tron Chana Bahluma II po smierci Pacala Wielkiego i nie maja nic wspolnego z religia katolicka jak moglibyscie przypuszczac. Krzyz byla bowiem w rzeczywistosci symbolem drzewa zycia, ktore znajduje sie w centrum Wszechswiata zgodnie z mitologia Majow.

 Palenque. Swiatynia Krzyza
I w koncu warto wspomniec o akwedukcie prowadzacym wode z rzeki Otolum, ktory laczy sie z kamiennym mostem w miejscu zwanym Kapiel Krolowej (Baño de la Reina). Byla to innowacyjna jak na owczesne czasy konstrukcja oraz dowod geniuszu Majow.


 Palenque. Fragment akweduktu
Palenque pozostanie w naszej pamieci jako jedna z najpiekniejszych kreacji kultury Majow oraz miejsce, w ktorym wspolczesna sceneria przyrody w zaskakujacy sposob przenika bariery przeszlosci, by porwac kazdego w wir dawnych wydarzen. Spedzilismy tam kilka fantastycznych godzin spacerujac po lesie i kreslac w wyobrazni obraz ludzi, ktorzy niegdys podobnie jak my starali sie znalezc tu dla siebie mozliwe najlepsze warunki istnienia, oddawali sie refleksjom o zyciu, snili i kochali..
    Panorama Palenque
Po wizycie w Palenque, ktora dala nam wiecej niz moglibysmy sie spodziewac, marzylismy jednak o tym by nasycic juz nie tylko nasze umysly, ale i zoladki. Nie musielismy dlugo szukac wlasciwego miejsca. Tuz obok naszego hostelu znajdowala sie przyjemna restauracja oferujaca lokalne specjaly. Do tej pory pamietam smak zupy krewetkowej z awokado, nachos i chili...mmmm pycha! Co wiecej, podczas obiadu mielismy niespodziewana towarzyszke przy stoliku. Dziewczynka, z radoscia, ktora rozrywa serducho, odkrywala z nami tajniki fotografii przyciskajac kolejne guziki aparatu :)

      Chodzcie, pokaze wam jaka ze mnie "aparatka" :)

Nastepny dzien naszego pobytu w Palenque postanowilismy wykorzystac na wizyte zupelnie rajskiego miejsca- wodospadow Aguas Azules. Mielismy duzo czasu, poniewaz autobus do kolejnego celu naszej podrozy, Tuxtla Gutierrez, odjezdzal dopiero po poludniu. Zostawilismy zatem caly dobytek w hostelu i ruszylismy na spotkanie niebieskich wod! W tym celu wskoczylismy do lokalnego srodka transportu, busika, ktory oprocz nas i miejscowej ludnosci wiozl rowniez, a czemu nie, guajolotes, cos w rodzaju naszego polskiego indyka. Gdakajace pudelko podskakiwalo za kazdym razem gdy kierowca raptownie hamowal, co przyprawialo nas o zawrot glowy! Gdy dotarlismy do skrzyzowania, na ktorym jedynym sposobem dotarcia ostatecznie na miejsce byla podroz taxowka, postanowilismy z uporem, niczym rasowi globtrotterzy, przespacerowac sie i w ten sposob rozejrzec po okolicy. 40-minutowa wedrowka w gestwinie selvy okazala sie wyjatkowo przyjemna...nie tak jednak ja to, co czekalo nas po dotarciu do celu...
   W drodze do Aguas Azules
Szum uderzajacej z cala moca wody moglismy uslyszec juz ze znacznej odleglosci...Wyobrazenie widoku mojego pierwszego w zyciu wodospadu sprawilo, ze droge ku niemu wiodaca pokonalam prawie nie zauwazajac pobliskich sklepikow i nie slyszac nawolywan miejscowych sprzedawcow. Wodospad wylonil sie zza drzew niczym wojownik na polu walki z cala swa okazaloscia. Spieniona woda tworzyla przed nami spektakl, ktory zatrzymywal na chwile bicie serca..Bylismy tam i w tamtej chwili...calkowicie!
    Pierwszy widok na wodospady Aguas Azules
 Niebieskie wody i my

Aguas Azules, jak wskazuje nazwa miejsca, odwoluje sie do niebieskiej wody wodospadu, ktora w sloneczny dzien tworzy wraz z otaczajaca przyroda i blekitnym niebem fantastyczna gre barw i swiatel..Niestety padajacy w ostatnich dniach deszcz nie pozwolil nam na doswiadczenie tego cudu natury. Mimo wszystko przeprawa na drugi brzeg rzeki z wodospadem w tle i mozliwosc odswiezenia naszych cial po dlugiej wedrowce sprawily, ze zupelnie zapomnielismy o tym szczegole. Bawilismy sie jak dzieci pryskajac I moczac wzajemnie! Cudowne formy, ktore tworzyly Aguas Azules przypominaly pociagniecia pedzlem najwybitniejszego artysty: cieniutkie, pogrubione, delikatne i mocno wyznaczone linie...

     Spienione wody Aguas Azules
        Zycie jest piekne....pod wodospadem!
 
     Aguas Azules i znow my!
Wodny spektakl i dosc dluga wedrowka do Aguas Azules sprawily, ze nie czekalismy specjalnie aby posilic sie specjalami lokalnej ludnosci, wysmienitymi quesadillas z serem i ziemniakami oraz micheladas dla latwiejszego trawienia, ktore w Meksyku przygotowywane sa wedlug specjalnej receptury, zwykle laczac lokalne piwo z cytryna, sola, sosem angielskim i tabasco. Micheladas sa fantastyczne!
         Po kapieli pora na meksykanski posilek. Quesadillas i micheladas
Do hostelu wrocilismy wyczerpani, ale za to szczesliwi i szalenie zadowoleni tym, co odkrylismy w okolicy slynnego Palenque. Jak zwykle wlozylismy plecak na plecy i ruszylismy w droge na stacje autobusowa, gdzie po wejsciu do jednego z “lodowatych pojazdow” znalezlismy sie na trasie do stolicy stanu Chiapas, Tuxtla Gutierrez, w ktorej czekal juz na nas Benjamin, Meksykanin o duszy podroznika i odkrywcy, ktorego Ivan poznal w Izraelu, o czym pisze wczesniej. Sami zobaczycie, ze przemierzanie swiata jest niczym wedrowka od jednego krewnego do drugiego..Osoby, ktore napotykamy na naszej drodze to nasi przyjaciele, ktorzy czekaja jedynie by nas poznac :) Do zobaczenia wkrotce!!!

jueves, 20 de febrero de 2014

Taganga, una pequeña joya mochilera y de buceo en el Caribe colombiano

El Caribe colombiano, kilómetros y kilómetros de costa con aguas de efectos verdes, turquesa, azules; un mundo submarino por descubrir lleno de corales, peces mariposa, morenas, pulpos, atunes, caballitos de mar; pequeños pueblos pesqueros donde se mantienen tradiciones y en los que tu paso fugaz como visitante se mezcla con la vida de la alegre gente local. Ante este panorama, nuestro viaje hacia la costa norte colombiana prometía estar lleno de experiencias y lindos lugares. Pero toda región repleta de tesoros por descubrir plantea a su vez cierto dilema para viajeros en continuo movimiento como nosotros, ¿qué lugares elegir para visitar? Opciones muchas, ganas infinitas, recursos limitados... snif...

Desde la ciudad de Santa Marta, con interminables ofertas turísticas de buceo, excursiones, tours a islas paradisíacas; a la pequeña población de Taganga, un pueblito pesquero destino habitual de mochileros y buceadores; la desconocida zona del Cabo de Vela, desde la que ya se puede sentir el aroma de la tierra venezolana, con una comunidad de costumbres ancestrales, con playas inacabables... Fue difícil elegir entre un catálogo tan atractivo, pero finalmente nos decidimos por trasladarnos a Taganga, con muy buenas referencias como lugar acogedor, auténtico, y las mejores ofertas de buceo de Colombia.

Playa de Taganga al anochecer

Así que tras otro viaje nocturno en bus desde Bucaramanga hasta la ciudad de Santa Marta, tomamos un taxi que por 15000 pesos (poco más de 5 €), nos llevó hasta el centro de buceo Nautilus en Taganga, del cual habíamos visto en Internet que tenía buenos precios y referencias, y además ofrecían alojamiento gratuito al realizar inmersiones con ellos. Al llegar al centro con nuestras mochilas y cara de demacrados tras la noche en bus, nos informaron que efectivamente tienen una pequeña cabaña en el parque Tayrona, a pocos kilómetros de Taganga, disponible para los buceadores. Con unos atardeceres espectaculares, tranquilidad, el sonido del mar como banda sonora, sin electricidad, sin agua corriente... ¿qué más podíamos pedir? :-D Por si no estábamos ya bastante convencidos, tras ver que cada inmersión nos salía por 50000 pesos (unos 18 €) y que el curso de iniciación Open Water de 3 días para Ewe costaba 540000 pesos (unos 200 €), ya tuvimos los próximos días planificados.

Como era demasiado para nuestros cuerpecitos, bueno, sobre todo para Ewe empezar el curso de buceo ese mismo día, preferimos pasar el día en Taganga y dormir en un hostal antes de ir al día siguiente hacia la cabaña en el parque Tayrona. Taganga es un pueblo pequeñito pesquero con gente super amable y super feliz a pesar de contar con servicios muy básicos, o al menos, básicos para gente occidental como nosotros. Históricamente, está situado en una zona en la que la escasa lluvia es un verdadero problema para la población, lo cual pudimos comprobar nada más llegar. En el hostal donde dormimos aquella noche, nos comentaron que desde Octubre de 2013 que no llovía, y las provisiones de agua tenían que conseguirlas con proveedores que venían desde Santa Marta o Cartagena, los cuales en algunos casos se aprovechaban del "poder" que tenían al depender de ellos las reservas de agua, y su seriedad a la hora de las entregas podía ser bastante lamentable, existiendo hostales, viviendas, restaurantes, que llevaban sin agua dulce más de 5 días.

Taganga, pescadores acabando la jornada

Aparte de estas condiciones, a nivel turístico, Taganga es un destino básicamene mochilero, con viajeros jovencillos de todas partes del mundo, comida para todos los bolsillos, bares con ambiente por las noches, viajeros artesanos vendiendo bisutería en el paseo de la playa... Pero con esta comunidad de viajeros se mezcla la vida diaria de los habitantes de Taganga, saliendo a pescar en sus pequeñas barcas a primera hora de la mañana, y volviendo al atardecer a la playa, momento en el que la gente del pueblo se acerca para comenzar el show de compra-venta de fresquísimo pescado aún en las redes.

 Taganga, jornada pesquera

Tras pasar ese primer día en el pueblo, compramos algunos víveres, y a la mañana siguiente, según lo acordado, nos presentamos bien prontito en el centro de buceo con nuestras posesiones, y a viajar en lanchita hasta la cabaña en el parque Tayrona. Al llegar, pudimos comprobar que lo que nos habían contado del lugar no se quedaba corto. Una pequeña cabaña, con una zona de hamacas, una cocina, un espacio para comer... de cara al mar Caribe en donde se preveían unos atardeceres para recordar.

El pequeño mirador de la cabaña

 Vistas desde la habitación de la cabaña

Pero antes de eso, a Ewe le esperaba su curso de buceo con su inseparable instructor durante los próximos días, Omar. A pesar de que hubo momentos algo estresantes durante las prácticas, poco a poco fue cogiendo confianza con tanto chaleco, regulador, botella, infla por aquí, desinfla por allá, ¡finalmente ya tenemos una buceadora más en el mundo! Aquí la tenéis toda profesional durante algunos de los ejercicios en aguas confinadas junto a Omar y otra chica que hacía el curso.


Ejercicio de rescate

¿Y yo que hacía de mientras durante los 3 días del curso? Aparte de pasar una envidia increíble viendo buceadores de diferentes países yendo y viniendo del agua, aproveché para tomarme unos días de esos que aprovechas para sumergirte en el más absoluto relax, disfrutando de buenas lecturas tumbado en la hamaca, interesantes conversaciones con los viajeros que íbamos conociendo, poniendo al día el blog... Y es que en el lugar donde estábamos poco más se podía hacer, alguna visita a una playita cercana en la más absoluta intimidad, intentar aguantar la tentación de rascar las picaduras de los mosquitos nocturnos, conocer divertídisimas anécdotas en forma de hongos testiculares sufridos por un viajero inglés, y por supuesto, disfrutar cada tarde de los atardeceres  desde una tribuna privilegiada.

 
Atardecer desde la cabaña

Pero eso sí, una vez que Ewe acabó el curso, también llegó mi momento y pude disfrutar de las maravillas subacuáticas del mar Caribe, algunas de ellas yo sólo y una úĺtima con Ewe, estrenándonos así como pareja de las profundidades marinas. Pudimos ver infinidad de corales, peces mariposa, peces loro, morenas, pulpos, peces trompeta, y algo que aunque no vimos con nuestros propios ojos, unos compañeros nos comentaron, ¡una parteja de buceadores dando rienda suelta a la pasión a 5 metros de profundidad! Así me gusta, ¡echando imaginación a las relaciones!!jeje

Parece una pedida de mano acuática, ¡pero no lo es! :-D

En pleno paseo acuático

Bajo el agua es un entorno ideal para meditar

Tras 4 días en ese pequeño paraíso, tocó de nuevo tomar la lancha de regreso a Taganga, una vuelta a la civilización después de unos días en los que pudimos olvidarnos que existe una sociedad moviéndose al ritmo de la electricidad, el dinero... En Taganga pasamos un día más para que Ewe hiciese el examen teórico del curso, dormir decentemente tras varios días en compañía de mosquitos y pulgas, e ir preparando la visita a nuestro próximo destino, ¡Cartagena de Indias!

Ewe con su instructor de buceo Omar

Y con esto acabó la aventura por el lugar más mochilero, auténtico, salvaje y paradisíaco que habíamos encontrado hasta ahora. Para nuestro recuerdo siempre quedarían esos atardeceres, las anécdotas vividas durante el curso de buceo, los viajeros que fuimos conociendo, las ajetreadas noches intentando dormir, las horas pasadas en la hamaca, y la sensación de que al menos durante unos días, la felicidad sólo puede depender de las personas que nos rodean y el lugar en el que te encuentres.

"Si siembras un pensamiento cosecharás una acción. Si siembras una acción cosecharás un hábito. Si siembras un hábito cosecharás un carácter. Si siembras un carácter cosecharás un destino". Charles Reade