jueves, 23 de octubre de 2014

Una aventura con héroes, traiciones, dictadores, procesos judiciales de chiste... ¡la historia de Chile!

Había una vez un país poblado por gente dedicada a la agricultura y la pesca. Hasta que unos guerreros montados en bestias nunca vistas hasta entonces y hambrientos de riqueza llegaron a ese país y conquistaron sus gentes, sus tierras, pero nunca su identidad.

Así podría empezar parte de la historia de todo los países de América Latina. Pero lo que hace de la historia de Chile algo excepcional son episodios como un indígena que hizo de caballo de Troya entre el ejército español, una casi-independencia sin tocar ni un arma o un dictador que simplemente levantándose de una silla se rió de prácticamente todo el mundo.

A nuestra llegada a Santiago de Chile, nos esperaba una de esas conexiones mágicas que el juguetón universo nos tenía preparadas. Si recordáis, en la ciudad argentina de Córdoba, nos alojaron Bernie y Mauro, una pareja de couchsurfers maravillosa y que no sólo nos ofreción una cama y una experiencia inolvidable, sino además alguien que nos alojaría en Santiago, el hermano de Bernie, Carlos, otra delicia de persona.

Los caracoles con nuestro querido Carlos

Pero en este post no os hablaré de la comida chilena, de qué lugares visitamos, de lo bien que nos trató Carlos... Sino de una gran y apasionante lección de historia que nos aportó una de las actividades más auténticas que hemos ido viviendo durante este y otros viaje, un Free Walking Tour, es decir, un tour por la ciudad donde en lugar de cobrarte un precio fijo, se basa en propinas. Si nunca habéis probado algo así, y tenéis pensado algún viaje en breve, no dejéis de buscar en Internet si en vuestro próximo destino realizan tours "gratuitos", TODOS los que hemos hechos han sido maravillosos, con gente joven y con gran pasión por su ciudad. Durante el tour por Santiago no sólo nos hablaron de la historia de Chile, aprovechando la visita de varios lugares emblemáticos, sino que también nos hablaron de la gastronomía, curiosidades culturales... Pero como os he comentado, esto lo dejaremos para el siguiente post, ya que por el gran impacto que nos causó la historia chilena hasta nuestro días, creo justo compartir ese impacto con todo vosotros y contaros a mi manera la historia de Chile. ¡Tranquilos! Trataré de ser lo más conciso y ameno posible, ¡palabra!

Como he escrito al inicio del post, la parte de la historia de Chile correspondiente a la conquista española sigue siendo un poco más de lo mismo que en otros países de América, llegan los españoles, los indígenas flipando con esos enormes caballos, espadas y armaduras, se inicia la conquista territorial y religiosa... bla, bla, bla. Pero os aseguro que a lo largo de lo que queda de post podréis descubrir una historia diferente y llena de curiosidad que a pesar de pasar cientos de años atrás, reflejan valores que siempre permanecerán atemporales.

Con la llegada de los españoles a Chile, liderados por Pedro de Valdivia, en la zona centro-sur del país se encontraron con una resistencia indígena como pocas hasta ese momento, la resistencia mapuche. Aunque este pueblo mapuche ya desde unos años antes a la llegada española tuvieron que hacer frente a otra civilización que por esos tiempos iba haciendo estragos a diestro y siniestro, los incas. Sin embargo, al igual que con los españoles, los mapuches aguantaron la embestida inca y consiguieron seguir establecidos en sus territorios.

En cuanto a su lucha con los españoles, duró más de 300 años, durante las cuales se sucedieron etapas bélicas con otras más pacíficas en las que incluso se dieron tratados comerciales entre los mapuches y los colonos españoles primero, y entre los mapuches y la República de Chile tras la independencia de los chilenos a principios del siglo XIX, pero de este último ya hablaremos más adelante. Es por ello que los mapuches son considerados el pueblo indígena que durante más tiempo resistió los intentos de conquista española.

Esta fuerte defensa mapuche, hizo que durante los siglos XVI, XVII, XVIII y parte del XIX, la conquista española en Chile estuviese limitada geográficamente hasta la zona de Concepción, la primera capital del Reino de Chile. Capital que, evidentemente, al estar situada en la "frontera" mapuche-española, duró pocos años, pasando a Santiago el título de capital que a día de hoy aún conserva.

Adornos mapuches en el Museo de Historia de Santiago

Esta ardua resistencia mapuche fue responsabilidad en gran parte de figuras individuales como Colocolo, Caupolicán, o Lautaro. Pero... parémonos un instante en este último personaje, Lautaro, todo un ejemplo de una caballo de Troya introducido por los propios españoles entre sus filas. Lautaro fue un indio mapuche capturado por los españoles con apenas 11 años, y desde ese momento convertido en yanacona, o indio de servicio para las filas de Pedro de Valdivia. Lo que nunca sospecharon los colonos fue que entre ellos contaban con un indio mapuche servicial como pocos, realizando una labor impecable, pero de mientras, aprovechando para aprender de las técnicas españolas de batallas, con sus potencias y debilidades. Finalmente, tras unos 5 años de servicio y sobre todo de master en estrategias españolas en batalla, Lautaro abandonó a los españoles para volver a su comunidad origen y liderar el primer levantamiento indígena exitoso. Y es que hasta ese momento, los mapuches se habían tomado sus enfrentamientos con los españoles como durante toda su historia se habían tomado los enfrentamientos, de forma mucho más religiosa y ritual comparada con la actitud conquistadora, sangrienta y devastadora de los españoles. Pero la llegada de Lautaro al frente de batalla mapuche supuso un giro radical de la estrategias de combate. Así, los renovados guerreros mapuches aprovecharon tanto las debilidades del ejército español, inutilidad de la pólvora en días de lluvia o la pesadez de sus armaduras, como sus fortalezas, adquiriendo armas de metal y caballos para luchas contra los hispanos. De este modo, en ese primer gran levantamiento mapuche, conocido como la Batalla de Tucapel, Lautaro y compañía lograron capturar a Pedro de Valdivia y lo ejecutaron. Sin embargo, para el año 1557, por un lado las enfermedades traídas por los españoles, y por otro el mal trato que los mapuches ejercían sobre los pueblos indígenas minoritarios de los terrenos que iban conquistando, supusieron demasiados enemigos para Lautaro, produciendo su captura y ejecución por el ejército español. Pero al igual que Tupac Amaru entre los incas, Lautaro permaneció y permanece siempre vivo entre la memoria y el ejemplo de resistencia indígena no sólo entre el pueblo mapuche, sino en todo Chile.

Cuadro de Lautaro

Tras la independencia de Chile, una etapa de convivencia más o menos pacífica entre chilenos y mapuches fue seguida por un ataque de fuerza y diplomacia por parte del gobierno chileno sobre el territorio de Arauco, zona mapuche que aún se mantenía independiente de Chile. Lo que provocó que la mayoría de mandatarios mapuches fuesen obligados a firmar tratados que establecían la absorción de los territorios mapuches en Chile. Esto supuso un punto de inflexión en la historia del pueblo y cultura mapuches, ya que esa adhesión forzosa provocó la aparición de enfermedades y saqueos que debilitaron enormemente a los indígenas, ocasionando no sólo una reducción drástica de la población, sino de sus costumbres, economía agrícola, idioma...

Actualmente, se calcula que en Chile existe aún un 4,6% de población mapuche, que no es poco. Pero aún así, su protagonismo en la vida política y social de Chile sigue siendo por decirlo de forma suave, anecdótica. Por ello a día de hoy aún se producen numerosas manifestaciones e intentos por parte de los mapuches y organizaciones nacionales e internacionales por preservar la cultura mapuche y lograr el respeto hacia su pueblo.

Toda esta historia de los mapuches, aparte de servirnos como un gran relato lleno de héroes, estrategias de guerra y valores culturales, nos echará una mano para seguir con la apasionante historia chilena. Volvamos al punto a principios del siglo XIX, en el que los españoles se asentaron en lo que hoy es Chile, y a pesar de no poder alimentar del todo su ego conquistador con los territorios mapuches, estaban muy felices y contentos por todo el territorio conquistado. Pero en ese momento llegó el primer intento de independencia por parte de los chilenos, curiosamente provocado por algo que estaba sucediendo a miles de kilómetros de distancia. Bueno, más que algo, por alguien, un pequeñito militar francés que estaba causando estragos con su ejército por toda Europa, el famoso Napoleón. Y es que hasta tierras chilenas llegaron noticias de que el ejército de Napoleón se había hecho con el Reino de España, y claro, no tenía mucho sentido que Chile estuviese conquistado por una corona que ni siquiera existía.

 

De este modo, sin ni siquiera tener que tomarse la molestia de coger las armas, se iniciaron procesos gubernamentales y constitucionales para ir estableciendo una independencia chilena que nunca llegó a ser del todo oficial, ya que tropas realistas comenzaron a llegar desde el Alto Perú para tratar de quitar de la cabeza de los chilenos cualquier idea de independencia. Pero ya sabéis, no es tarea tan fácil eliminar una idea de la cabeza de toda una nación. Así que junto con el Ejército de los Andes, liderado por el general San Martín, los chilenos volvieron a la carga contra los conquistadores españoles, y finalmente el 12 de Febrero de 1818 se declaró oficialmente la independencia de la República de Chile, día festivo que actualmente se celebra con miles de banderas chilenas colocadas en las ventanas, porque si no, y esto es verídico, ¡te multan! :-O

Desde este momento se sucedió una época de bastante "entretenimiento" político, con gobiernos liberales, conservadores, revolucionarios, guerras civiles...  Y así llegamos hasta el siglo XX, marcado en sus inicios por el crack de la bolsa de Nueva York, época conocida como la Gran Depresión, y que provocó una crisis mundial, con un impacto enorme en Chile. Gobiernos sucesivos lograron paliar en cierta medida la gran caída económica que había sufrido Chile, hasta llegar a una de las etapas más conocidas de la historia contemporánea chilena, el gobierno del socialista Salvador Allende.

Como pasa con cualquier gobierno de cualquier país hoy en día, el gobierno de Allende tuvo sus fieles seguidores y opositores, sus medidades más y menos adecuadas. Pero lo que mundialmente inició el reconocimiento de Allende fue precisamente su final, el golpe de estado militar liderado por Augusto Pinochet. El 11 de Septiembre de 1973, el ejército chileno tomó vía marítima la ciudad costera de Valparaíso, noticia que llegó a oídos de Allende, y este decidió acudir a la Casa de la Moneda en Santiago, que servía de palacio de gobierno, donde permanecer fiel a su gobierno constitucional. Desde ese momento comenzaron en Santiago enfrentamientos entre partidarios de Allende y golpistas, toma de posesión de radios, de cadenas televisivas... El ejército avisó a Allende que en caso de no entregar el gobierno y evacuar la Casa de la Moneda, ésta sería bombardeada. El todavía presidente permaneció firme, hasta que se produjo el bombardeo, y poco después de pronunciar su último y famoso discurso, Allende decidió poner fin a su vida con sus propias manos antes que en manos de sus opositores, una muestra de que él quería ser el dueño hasta de su muerte.

Casa de la Moneda en Santiago, protagonista en el golpe militar 

Estatua de Salvador Allende en Santiago

A partir de ese momento comenzó una etapa de de gobierno militar protagonizada por la persecución, tortura, detención, secuestro, desaparición, ejecución y en definitiva, violación de derechos humanos de cientos de miles de chilenos que se habían mostrado o se mostrarían contrarios al régimen militar. Se crearon cientos de centros de detención y de tortura, como el Estadio Nacional de Chile, testigo de la ejecución del cantante Victor Jara. Durante el régimen liderado por Pinochet se produjeron elecciones para el gobierno con muy dudosos procedimientos, en los que Pinochet salía siempre reelegido, y por supuesto, modificó la Constitución para asegurarse impunidad total el día que dejase de gobernar el país por los delitos que estaba cometiendo. Así hasta que en 1990, tras la celebración de nuevas elecciones, tuvo que entregar su cargo e iniciar así el camino hacia la democracia.

¿Y qué creéis que pasó con Pinochet tras tantos años de crímenes y violaciones de los derechos humanos? Hasta hoy en día, aparte de su fallecimiento, prácticamente nada. Tras ejercer de presidente, hizo útil su derecho como senador, y así no poder procesado judicialmente. Sin embargo, las leyes de Chile no son las de otros países, y el juez Baltasar Garzón, ordenó el arresto de Pinochet por crímenes cometidos contra opositores españoles, aprovechando un viaje de Pinochet a Londres. Aquí comenzó una serie de acontecimientos que yo catalogaría de chiste. Se celebraron numerosos juicios para analizar la salud del militar y decidir si humanitariamente era capaz de soportar un juicio. Curiosamente aquellos derechos que había violado en Chile durante más de 20 años eran los mismos que ahora le salvaban de la cárcel. En resumen, tras literalmente Pinochet burlar a la justicia a través de fingidas enfermedades, destacando la imagen de la llegada de Pinochet a Chile, y levantarse tan a gusto de su silla de ruedas tras ser declarado incompetente para ser juzgado por su salud, en 2007 falleció.

Por supuesto, aquí no acaba la historia más reciente de Chile, pero en mi opinión, sí la más interesante y extraordinaria que la hace merecedora de un pequeño hueco en el blog de los caracoles viajeros. Espero que los que hayáis llegado hasta aquí, hayáis disfrutado tanto como yo lo hice con la historia de Chile, bueno, tampoco seré tan exigente, que no es lo mismo oir todo esto en boca de un apasionado joven guía chileno mientras recorres las calles de Santiago, que leerle sentadito en el sofá en tu casa...jeje

Para el próximo post, lo prometido es deuda, nos metemos de llenos en las curiosidades culturales, arquitectónicas y gastronómicas de Chile a través de su capital, Santiago. Platos que estarían en el top 10 de nutricionistas opositores, cafeterías propias de ambientes trogloditas, cockteles chilenos no aptos para estómagos europeos... ¡No faltéis a la cita!

"La historia es nuestra, y la hacen los pueblos." Salvador Allende, presidente de la República de Chile.

viernes, 10 de octubre de 2014

Mendoza, un oasis a pie de los Andes, un paraíso para los amantes del vino

En aquellos tiempos en los que los españoles se vinieron al continente americano para plantar banderas a diestro y siniestro, la ciudad de Mendoza fue un importante paso comercial entre Buenos Aires y Santiago de Chile atravesando los majestuosos Andes. Bien, casi medio siglo después de aquella época, dos caracoles viajeros procedentes también de europa, se disponían a hacer uso de la ciudad mendocina igualmente como ruta de paso hacia uno de los destinos de su aventura, Santiago de Chile, no tanto con objetivos comerciales, sino con objetivos culturales y sobre todo de continuo crecimiento interior. Sin embargo, para estos caracoles Mendoza se convertiría en algo más que un simple vínculo transitorio entre el país gaucho y Chile, ya que la amabilidad de los mendocinos, su rica comida, los cientos de árboles que creaban un paraíso natural urbano, y ciertas condiciones climáticas extremas, nos "obligaron" a quedarnos muy gustosamente más de una semana en Mendoza.

Ya nada más llegar a Mendoza mientras el sol iba desapareciendo al otro lado de los Andes, notamos que estábamos en una ciudad diferente. Ok, sí, diferentes son todas, pero me refiero por ejemplo al hecho de llegar casi de noche, dejar las mochilas en el hostal después de unas cuantas horas de viaje, y que aún así nos apeteciese salir a dar una vuelta por la ciudad, en unos minutos desde que habíamos llegado ya percibíamos un ambiente especial.

Siguiendo la tendencia de los últimos lugares que habíamos visitado en la provincia de Córdoba, donde la mayoría de ellos compartían la faceta de no tener ningún monumento o museo impresionante que ver, pero si un entorno natural, tranquilo y en el que caminar y caminar descubriendo siempre nuevas pequeñas maravillas, Mendoza podríamos decir que entraría dentro de este grupo, pero siendo una ciudad. Es decir, la ciudad es de sobra conocida por su sistema de riego a través de acequias (canales pequeños), que recorren el largo y ancho de Mendoza, permitiendo que todas las calles estén adornadas por cientos de árboles, cual caballeros que forman un túnel con sus espadas a algun personaje importante, aunque eso sí, dado que nos tocó la estancia en pleno invierno, estaban un poco desnuditos...

Túnel de naturaleza en Mendoza

Tras el gran terremoto que sacudió Mendoza en 1.861, que destruyó prácticamente toda la ciudad y se llevó a más del 50% de la población, se reconstruyó por completo la localidad, quedando prácticamente en lo que es hoy a nivel de distribución. En la que la plaza Independencia, preciosa, verde, variada, social, sirve como punto central.

Plaza Independencia de Mendoza

 Plaza Independencia de Mendoza

Rodeando la plaza Independencia, existen otras 4 plazas de menor tamaño: la plaza Italia, España, Chile y San Martín. Cada una de estas 4 plazas diferente, única, con motivos que recuerdan y hacen honor al nombre que le pusieron. Y que no es porque el que escribe haya nacido en territorio español, pero para nosotros destacaba por su belleza y ornamentación la plaza España, en la que nada más entrar parecía que te transportabas a un típico patio andaluz al aire libre.

Plaza España en Mendoza 

Plaza Chile en Mendoza 

 Plaza Italia en Mendoza

Plaza San Martín en Mendoza

Aparte de darnos unos buenos paseitos por el centro de Mendoza y deleitar nuestras tripitas con algunos de los restaurantes vegetarianos más deliciosos que hemos encontrado durante todo el viaje, por estas tierras está de moda los restaurante que te cobran por peso (no el tuyo, el de la comida que te vas a meter entre cuerpo y espalda...jeje), si te alejas unos 30 minutos caminando del centro, llegas a una de las joyitas de Mendoza, el parque San Martín, con 17 kilómetros de caminos para pasear, ¡casi ná! Nosotros apenas haríamos unos 2-3 km en la tarde que pasamos en el parque, pero yo creo que suficientes para participar en la fiesta de aire puro, gente deportista y relajada y buen ambiente que se respira por todas partes.

Puertas de acceso al parque San Martín en Mendoza

Lago artificial del parque San Martín en Mendoza 

 Alfombra natural en el parque San Martín en Mendoza

Pero si sólo disfrutar de la ciudad de Mendoza ya fue motivo más que suficiente para unirla a nuestra lista de destinos viajeros, alejándote unos pocos kilómetros hacia el sur, tienes una de las atracciones principales de esta zona de Argentina. Atracción para visitar en esta zona, y atracción en todo el mundo para degustar lo que se produce, ¡el vino!

Alrededor de la ciudad de Mendoza, a menor o mayor distancia, existen varios destinos populares para el turismo vinícola. Como al final un viñedo es parecido en Argentina o en La Rioja, decidimos ir a Chacras de Coria, un pueblito a pocos kilómetro de Mendoza. El tema como es de esperar por su popularidad, está muy bien organizado. Lo común y seguro que más gratificante, es visitar las viñas en bicicleta. Primero porque los paisajes de la zona invitan a pedalear al aire libre mientras pasas de un viñedo a otro, y segundo, porque para ir de una viña a otra la distancia puede ser de 3-4 km, y si quieres visitar unas cuantas en la jornada, se puede hacer muy cansado si vas a pie. El punto menos positivo, según cómo se mire, es que para cuando llevas ya 2-3 bodegas visitadas, con sus correspondientes catas de vino, ¡la conducción de la bici se convierte en un deporte extremo! jeje

Desnuditos viñedos, los Andes al fondo, y un caracol en bici

La verdad que el hecho de haber visto unos días antes fotos de la zona, con viñas rebosando verdor con los Andes al fondo nevaditos, nos había ilusionado para hacer las delicias de nuestras cámaras. Sin embargo, como habréis podido ver en la foto anterior, de verde poco, ya que estábamos en pleno invierno, y no es la mejor época para visitar los viñedos. Pero eso sí, el pequeño chasco fue de sobre compensado con la experiencia de visitar las bodegas. Visitamos dos de las muchas que hay por la zona. La primera porque era una bodega ecológica, y queríamos conocer las peculiaridades de la producción de vino sin utilización de pesticidas y con agentes químicos mínimos, ya sabéis, cuanto menos veneno podamos meternos para nuestro bonito cuerpo mejor. Y la segunda, nos la recomendaron como una de las pocas bodegas en la que su dueño, Carmelo Patti, no sólo hace del vino un trabajo que le da para comer, sino que el vino es su gran pasión, y por lo que pudimos comprobar charlando con él, ¡es prácticamente su vida! Nada de sucumbir a tentaciones de vinos producidos en masa con peor calidad, nada de gastarse fortunas en marketing y publicidad. El boca a boca, el trabajo hecho a mano y con cariño es su seña de identidad. Como ejemplo el detalle de que era la única bodega que no cobraba por la visita, e incluso rechazó contundentemente la propina que una turista le ofreción. Todo un ejemplo de amor y pasión por su trabajo este Carmelo Patti.

Vinos Carmelo Patti en proceso de embotellado 

 Los caracoles con el carismático Carmelo Patti
 
Cata de vino en la bodega ecológica 

Interior de la bodega ecológica

Al final, aunque fueron sólo dos bodegas las que visitamos, entre las más de 6 copas de vino que degustamos, entre tanto término técnico, que si sulfito por aquí, malbec por allá, cabernet, suavignon... La cabeza nos daba algun vuelta que otra, así que tras llenar bien los estómagos en un restaurante con una terracita que era una maravilla para todos los sentidos, agarramos de nuevo las bicis para devolverlas, y vuelta a nuestra estación base en Mendoza.

Y como última actividad a destacar de nuestra estancia en la ciudad mendocina, la "visita" al techo de América, al vigía que todo lo ve en el hemisferio sur, la famosa montaña Aconcagua, el pico más alto del continente con sus imponentes 6.960 metros. Como sabréis, el Aconcagua forma parte de la cordillera de los Andes, y mira, como estábamos "al ladito" de ellos, por qué no hacer una escapadita en bus de 4 horas ida y otras 4 de vuelta sólo por ver la montaña...jeje. La verdad que lo pienso ahora con la distancia y ya son ganas... :-D De todas formas, a pesar de las más de 8 horas en bus que nos pegamos durante aquel día, y que por si fuera poco al llegar al centro de visitantes del parque Aconcagua nada más entrar nos saludan con: "Hoy no podrán ver el Aconcagua, está todo muy nublado". ¡Choffff! Jarro de agua fría por encima. Pero bueno, a pesar de ello, fue muy divertido volver a tocar la nieve, jugar un poco con una guerra de bolas, sentir el intenso frio del invierno en plenos Andes, y sobre todo, la panorámica que nos ofrecía el bus del amanecer mientras nos íbamos acercando hacia la cordillera, uno de los momentos mágicos del viaje... Eso sí, para la próxima, si alguien tiene esta brillante idea, le recomiendo que antes de salir llame al centro de visitantes y se informe de cómo esta el panorama... jeje

En plena conquista del Aconcagua, que se supone que está al fondo tras las nubes.

¿Dónde estás Acocangua bonito?

Pero para que no os quedéis con ese regustillo amargo de no haber podido ver a través de nuestra experiencia el famoso Aconcagua, os adelanto alguna foto de la montaña que sí que pudimos ver cuando volvimos algunos días después desde Chile hacia Argentina pasando en el bus por el mismo lugar. En el último momento, ¡pero la montañita se quiso despedir de nosotros!

Varios días después, el Aconcagua antes nosotros, el pico de la izquierda.

Y ya después de patearnos Mendoza en cada esquina, rodar en bici entre viñedos, experimentar como sube a la cabecita el vino argentino y hace una visita a la montaña más famosa de América, a pesar de aquel día no recibía visitas, tocaba poner punto y seguido a la etapa mendocina. Eso sí, Mendoza se hizo de rogar, y parecía que Argentina en general nos había tomado especial cariño, porque durante 3 días tuvimos que quedarnos esperando en el hostal debido a que la frontera a través de los Andes hacia nuestro siguiente destino, Chile, estaba cerrada por el mal tiempo. Así que durante 3 días nos despertábamos repitiendo el protocolo de llamar a la empresa del bus, recibir la negativa de la apertura de la frontera, y dedicarnos el resto del día a disfrutar del acogedor hostal, e ir preparándonos mental y físicamente para el fin de este gran sueño viajero que poco a poco iba llegando. Pero no os preocupéis, antes de eso, queda muuuuucho para que conozcáis: Santiago de Chile, las casas de Pablo Neruda, Valparaíso, Buenos Aires... ¡No nos abandonéis ahora que ya queda poco! :-P

¡Un abrazo!

"El futuro pertenece a quienes creeen en la belleza de sus sueños" Eleanor Roosevelt, primera dama, activista y diplomática por los Derechos Humanos.

martes, 7 de octubre de 2014

De la ciudad de Córdoba a la pura y tranquila Merlo, un isla de calma rodeada de naturaleza

En este post presenciaréis una novedad bastante importante. No lo notaréis en el diseño, ni las fotos, ni los lugares de los que hablaré, aunque quizá sí en la manera en que lo cuente. El motivo... lo estoy escribiendo desde mi tierra natal, Euskadi, porque señores y señoras... ¡los caracoles ya han vuelto de ña aventura! Pero no os preocupéis, porque soy aficionado a acabar lo que empiezo, y por supuesto que seguiré publicando los posts correspondientes a las últimas semanas del viaje. Y tranquilos, que no me olvidaré también de informaros sobre los detalles de la vuelta, las sensaciones en este cambio de vida, etc.

Como ya hace tiempo desde el último post que escribí, hagamos un poco de memoria. Nos habíamos tirado más de dos semanas recorriendo la provincia de Córdoba, y ya sólo nos quedaba un paso de un par de días por su capital antes de poner rumbo hacia Merlo en la provincia de San Luis.

La verdad que después habernos rodeado de tanta y tan variada naturaleza a lo largo y ancho de la región de Córdoba durante las últimas semanas, no es que estuviésemos muy muy entusiasmados por movernos a Córdoba ciudad, la segunda más grande de Argentina. Pero bueno, ya que habíamos encontrado una pareja de Couchsurfing dispuesta a alojarnos, y la ciudad nos pillaba de paso hacia los siguientes destinos, pues allá que fuimos. Y como nos ha pasado en la mayoría de ocasiones durante el viaje, bien mereció la pena la parada, sobre todo por esa parejita de couchsurfers, Mauro y Bernie.

Nada más llegar a la terminal de bus de Córdoba, nos pusimos en contacto con ellos y nos dijeron que estabana trabajando, que o les esperábamos durante 4 horas con las mochilas hasta que llegasen o ccasa, o nos acercábamos donde Bernie trabaja para ver cómo organizarnos, no hubo que pensar mucho qué opción elegir...jeje. Y si hasta ahora nuestras experiencias con Couchsurfing nos habían dado una tras otra lecciones de generosidad y confianza, aquel día recibimos el máster. Porque al llegar al trabajo de Bernie, dos besos, "hola, soy Iván de Couchsurfing", "hola, soy Bernie, toma las llaves de la casa, nos esperáis ahí si os apetece hasta que lleguemos." :-OOO Después de una presentación de 5 segundos, tenía las llaves de la casa de una pareja que no me conocía de nada en mis mano. ¡¡Este mundo aún tiene esperanza!! Qué diferente sería todo si la actitud humana fuese confiar desde el principio hasta que se demuestre lo contrario, y no al revés...

Ya instalados en nuestro nuevo hogar temporal, con mucha calma y algo de pereza los dos días siguiente hicimos un poco de turisteo por la ciudad, pero desde nuestro puento de vista, quizá influenciado por tanta emoción visual durante el úlltimo año, no nos entusiasmó demasiado. Se la conoce como la ciudad cultural de Argentina, ya que Córdoba acoge a miles de estudiantes universitarios cada año, lo que hace que la vida cultural esté en continua ebullición. Supongo que para experimentar esa fama se necesita un tiempecito en la ciudad, así que no podemos dar fe de ello. En cuanto a los lugares que visitamos, el más destacable y conocido sería la Manzana Jesuítica. Y es que allá por finales del siglos XVI, la Compañía de Jesús, en su proceso de conquista ideológica del continente americano, estableció su base central en Córdoba por su situación geográfica, y concretamente lo que hoy se conoce como la Manzana Jesuítica supuso la zona de la ciudad en que tenía su centro de acciones.

Iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba 

 Calle de la Manzana Jesuítica de Córdoba

La manzana, declarada Patrimonio de la Humanidad y ubicada a escasos metros de la plaza San Martín, cuenta a su alrededor de la manzana, se encuentran edificios emblemáticos como la Iglesia de la Compañía de Jesús, la sede del antiguo rectorado de la Universidad de Córdoba, o el Colegio Nacional de Montserrat que aún sigue en activo.

Plaza San Martín en Córdoba

Y otro lugar de la ciudad que a mi gusto merece una pequeña excursión para relajarte y ver a los cordobeses practicando una de las actividades que más gusta a los argentinos general, tomar yerba mate, es el parque Sarmiento, que ya que lo teníamos cerca de la casita no nos lo podíamos perder. Un lugar tranquilo, en un lado con lagos que dan un ambiente romántico al lugar y que era bien aprovechado por un montón de parejitas, y por otro, una zona con un sector de la ciudad más "alternativo", con cientos de jóvenes tomando yerba mate, practicando malabares, ensayando con algún instrumento, pintura... Toda una experiencia pasear por el parque, a cada paso asistes a una obra teeatral completamente diferente.

 Pareja mateando en el parque Sarmiento, Córdoba

Parque Sarmiento en Córdoba 

 Pequeños grandes artistas en plena inspiración

Pero por encima de todo durante nuestra estancia en la ciudad de Córdoba, y no era el primer lugar en el que nos pasaba, lo que nos marcó de manera especial fue el pasar esos días en compañía de los dos nuevos actores protagonistas de nuestra obra viajera, Bernie y Mauro, (quién sabe si aparecerán en futuras escenas... :-D). La estancia en su casa fue todo un intercambio de emociones, nuestras por llevar ya un tiempo de viaje con lo que ello conlleva, y suyas porque en pocas semanas se embarcarían en un viaje a lo largo y ancho de Asia. Compartimos conversaciones sobre música, sobre la vida, sobre comida... Y no pudimos menos que tratar de agradecerles el dejarnos entrar durante unos días en sus vidas, que ofreciéndoles una cenita a base de recetas árabes que aunque uno es modesto, ¡estaban para chuparse los dedos!

Cenita con nuestro estupendos anfitriones Bernie y Mauro

Y ahora ya sí, poníamos punto y final a la mini-etapa por la zona de Córdoba. Aunque la idea inicial era de aquí irnos hacia Mendoza, ya sabéis, durante el viaje se conocen viajeros, esos viajeros conocen lugares que comparten con otros viajeros... Vamos, que habíamos oído hablar maravillas del pueblito de Merlo, en la provincia de San Luis, no muy lejos de Córdoba, y más o menos de camino hacia Mendoza, ¡así que viva la improvisación y hacia Merlo!

Merlo es una localidad de apenas 17.000 habitantes, donde las características que la han hecho famosa entre los círculos turísticos son que contiene uno de los microclimas del mundo y la mejor calidad ambiental de Argentina, factores que han provocado un gran crecimiento demográfico en los últimos años. Pero bueno, no os penséis que porque nos digan que un lugar tiene un microclima y se respira bien ya nos vamos como locos, aunque tampoco son malas excusas... Porque Merlo es toda una maravilla para hacer pequeñas excursiones por la naturaleza y aunque no es nuestro caso, para los amantes del parapente, siendo en este sentido un destino habitual entre aquellos que quieren sacarse la licencia.

Plaza de Merlo 

 Calle principal de Merlo

Merlo no es un lugar en el que ir a visitar un lugar concreto o un museo en especial, sino simplemente enfundarte las botas de monte, ir en dirección a la montaña, y seguir cualquiera de los muchos caminos señalados que son toda una delicia tanto por el recorrido como por el lugar al que te dirigen, como el Paso de los Malos, con pequeños saltos de agua y relajación total al final del recorrido, o una Reserva Natural de animales en la que se pueden divisar aves de muchas especies y para los más aventureros que se adentran durante horas por la vegetación mamíferos y reptiles de todo tipo.

Sierra de Comechingones camino a Pasos Malos 

No podía faltar el amigo perruno camino a Pasos Malos

Relax en la zona de Pasos Malos 

 Águila en la reserva natural de Merlo

Al final pasamos casi 5 días fantásticos días en Merlo, durante los cuales pudimos dar fe de ese microclima famoso, en el que cada 5 metros pasabas de un sol justiciero a un frio que en unos segundos te tenía con el moquillo colgando... Con todo esto poníamos rumbo a una nueva región argentina, de la cual todo el mundo nos había hablado maravillas, Mendoza. Con tanta fama era algo que no nos podíamos perder, así que el protocolo que ya tenemos de sobre aprendido: despedida en el hostal de Merlo, mochila al hombro, rumbo a la terminal de bus, y a esperar el siguiente transporte que nos conduciría hacia un nuevo lugar llenos de personas y experiencias por descubrir. Pero el detalle lo dejamos para el siguiente post.

¡Un abrazo

“Tu mismo debes ser el cambio que quieres ver en el mundo”, Mahatma Gandhi.