miércoles, 30 de abril de 2014

Llegamos a Cuenca, la ciudad de las iglesias, y de un santo estadounidense

Tras 4 inolvidables y energéticos días pasados en compañía de loos devotos de la finca Vrindavan, tocaba volver a la "realidad" de la civilización. Pero para que el shock del cambio no fuese demasiado fuerte, escogimos una ciudad de esas en las que puedes encontrar muchos rincones para pasear con tranquilidad, y en la que además no esperaba una gran bienvenida por parte de nuestro primer couchsurfer en Ecuador.

Así que tras despedirnos de Gopal, Nitia, la madre Bhakti, el perro "Cejas" y resto de increíbles personas que conocimos en el templo, pusimos rumbo primero a Rio Negro, para luego tomar al vuelo el bus hacia Ambato, y finalmente viajar desde Ambato hasta Cuenca. En total, un viaje durillo pero compensado por los paisajes que nos ofrecía la improvisada pantalla de la ventanilla del bus, que nos recordaban al encanto de la Toscana con diferentes campos de cultivo, formando un cuadro paisajístico obra de la naturaleza y el hombre.

Al llegar a Cuenca ya de noche, fuímos al encuentro de David, el couchsurfer estadounidense que nos alojaría durante nuestra estancia en Cuenca. David es un jubilado de 73 años, que al igual que muchos otros jubilados estadounidenses, optan por venirse a Cuenca para pasar esa etapa, aprovechando los bajos precios de un país en el que la moneda también es el dólar, y sobre todo el ritmo de vida tranquilo y cercano propio de Ecuador. Pero cuando os hablo de una persona de 73 años, no os imaginéis a los típicos abuelitos cuya vida gira en torno a las obras de construcción de edificios, el dominó y dar de comer a las palomas... El amigo David tenía una vida social que muchos envidiarían, e incluso hace menos de 2 años se pegó un pedazo de viaje en moto por Sudamérica. Sé que es muy fácil decir algo así teniendo 30 años y sin impedimentos físicos, pero creo que muchas personas mayores, una vez jubiladas, pierden el sentido de sus vidas, dedicándose a partir de ese momento a esperar lo inevitable, y durante esa etapa convertir la protesta en su principal afición. Seguro que muchos tendrán dolencias o enfermedades que les impedirán llevar una vida más activa, pero como he dicho varias veces, nosotros somos responsables de todo lo que nos pasa, y de la misma manera capaces de cualquier cosa.

Nuestro querido David durante la excursión por el parque natural de Cajas

En principio la idea era quedarnos en Cuenca unos 4-5 días, ¡esta vez de verdad! :-D Pero un paquete que nos había enviado mi familia desde España a casa de David en Cuenca estaba aún en camino, y por problemas en la aduana y por el pausado ritmo laboral de algún funcionario, finalmente el paquete llegó 9 días después de nuestra llegada a Cuenca, así que el pobre David tuvo que sufrir nuestra invasión durante unos cuantos días...jeje. Aunque eso sí, si hay que estar 9 días esperando en un mismo lugar, qué mejor que hacerlo en la pedazo casa de nuestro nuevo amigo, con una habitación y baño para nosotros solitos, y una cocina que presenció el arte gastronómico polaco-vasco.

Con David, Krishta (su chica), Ewe con cambio de look y el caracol

En cuanto a lo que es la ciudad de Cuenca, la verdad que desde el primer momento paseando a lo largo del río Tomebamba, vimos claro el por qué de que tantos jubilados extranjeros vengan a esta ciudad a vivir. A pesar de que Cuenca es famosa principalmente por su centro histórico, de lo cual damos fe, al privilegio de estar alojados en la casa de David, unimos su ubicación, en frente del paseo del rio Tomebamba, lo que nos obligaba a caminar por la ladera del rio durante 40 minutos para llegar al centro de la ciudad, ¡bendita obligación!

El rio Tomebamba aprovechado para hacer la colada. A ver si descubrís a Wally echando la siesta 

 Camino hacia el centro por el rio Tomebamba

En lo ue respecta al centro histórico de Cuenca, una nueva delicia para pasear un perderse por su calles, descubriendo en cada giro de esquina nuevas casa de la época colonial, en las que los siglos han sido indulgentes permitiéndonos caminar en nuestra imaginación entre la burguesía del siglo XVIII, al igual que el descubrimiento de las... no fuimos capaces de contar todas... iglesias de la ciudad, consecuencia del gran auge de la religión católica durante muchos años, provocando la construcción de un gran número de templos en muy poco espacio.

Centro histórico de Cuenca 

Catedral Nueva de Cuenca

Calle del centro histórico

Aunque a modo personal, la mayor delicia para la vista y la cámara de fotos a nivel arquitectónico es la combinación de estos dos principales atractivos de Cuenca, el paseo del rio Tomebamba y los edificios históricos. De forma que a medida que seguíamos nuestro paseo por el curso del rio y nos adentrábamos por el borde del centro histórico, a cada paso descubríamos nuevos edificios que se convertían en nuestra fotografía favorita de la ciudad.

El Barranco a orillas del Tomebamba 


El puente roto

Calle a las afueras del centro histórico

La verdad que con el tema del paquete y estar esperando tantos días, pudimos aprovechar para poner al día temas como el blog, el cambio de look de Ewe que habéis visto en una foto anterior, degustar la buena mano en la cocina de Khrista, la novia de David, hacer ruta de restaurantes vegetarianos por la ciudad, hacer un tour fugaz con David por el parque natural de Cajas, e incluso asistir a un concierto de música clásica, ¡el réquiem de Mozart! Y es que otro de los motivos por los que pasar la jubilación en Cuenca es una maravilla, es que organizan a menudo actividades culturales gratuitas, y si además son de la talla del réquiem de Mozart representado en la Antigua Catedral de Cuenca, pues ni te cuento... Mi primer concierto de música clásica, gratis, el réquiem de Mozart, ¡y encima en Ecuador!

Coro de Cuenca durante el concierto

Tmbién aprovechamos para hacer una de las visitas típicas y obligadas en Cuenca, la fábrica de los sombreros Panamá, lo cuales, curiosamente tienen origen en Ecuador, pero se comenzaron a usar en gran medida por los obreros que construían el canal de Panamá, y la gente que les veía pensaban que eran sombreros fabricados en el país panameño, y por ello comenzaron a llamarse sombreros de Panamá. Me gstaría ir a Panamá a ver si allí cuentan la misma historia....jeje. El tema es que la visita a la fábrica es muy recomendable, te explican de forma gratuita todo el proceso de elaboración del sombrero. Desde la recolección de la paja toquilla con la que se fabrica, hasta el procedimiento para darle la forma deseada y el diseño. Toda una obra artesanal en la que participan muchas personas, destacando especialmente por mi parte a las campesinas que durante horas en incluso días permanecen sentadas tejiendo un solo sombrero con sus habilidosas  manos con las hebras de paja toquilla para dar la primera forma al adorno.

Tienda de la fábrica de sombrero Panamá 

Durante el casting para la pasarela de verano

En definitiva, a pesar de vernos "obligados" a estar en Cuenca más tiempo del habitual, la combinación de un anfitrión que nos trató como a sus propios hijos con una ciudad preciosa, maravillosa, y en la que vivimos una Semana Santa llena de gente, puestitos de comida, algodones de azúcar y manzanas con caramelo. ¡Gracias por la gran acogida Cuenca!

Vista de Cuenca

"No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos". Albert Einstein

sábado, 26 de abril de 2014

¡Hare Krishna! 4 días de recarga energética, tanto espiritual como física

Para los que seguís regularmente el blog, y para los que no ahora hacemos un resumen rapidito, cuando estuvimos en Manizales (Colombia), tuvimos el placer de conocer un poco de la comunidad Hare Krishna gracias a nuestro amigo Jhonatan, y participando en uno de sus festivales. Algunas semanas más tarde, durante nuestra estancia en Quito (Ecuador), descubrimos que en el centro de la ciudad había otro templo de la comunidad, así que aprovechamos para hacerles una visita. Porque siempre es un placer y un gran aprendizaje rodearte de personas con las que se comparten importantes valores, como el vegetarianismo, el respeto por la vida, por el propio cuerpo, por la salud espiritual, la disciplina... Y como uno siempre atrae a su vida aquello por lo que está interesado, aunque en ocasiones esos intereses no sean muy beneficiosos, cerca del pueblo de Baños de Agua Santa apareció una nueva oportunidad de convivencia con la comunidad Hare Krishna.

Se trataba de una finca en medio de la naturaleza, cerca de la localidad de Rio Negro, en la que a cambio de unas horas de voluntariado al día, te ofrecían a muy buen precio alojamiento, comida, clases de yoga, y la opción de asistir a las sesiones de meditación y de ofrenda. A modo de recordatorio, comentar que la comunidad Hare Krishna es un movimiento religioso basado en el hinduísmo y en la filosofía védica, con culto a Krishna. Defienden 4 principios: el vegetarianismo (no comer animales ni huevos), evitar el sexo ilícito (sexo no destinado a procrear), evitar los juegos de azar, y evitar la contaminación del cuerpo (drogas, alcohol, té, café...)

Ewe con Julia y la madre Bhakti

Sala para las clases de yoga

Aunque personalmente no comparto  todos sus principios ni algunas formas de crecimiento espiritual, sobre todo en lo relacionado a la devoción a Krishna, semidioses y gurús, es todo un regalo para el cuerpo y el alma pasar unos días en compañía de los devotos y resto de voluntarios que íbamos llegando como gotitas. Comida vegetariana variada prácticamente durante todo el día, clases de yoga a las 7:30 de la mañana, dormir en una cabaña rodeada de naturaleza, con el riachuelo fluyendo a pocos metros a modo de nana para dormir, intensas conversaciones espirituales con las que alimentarte y a la vez servir de alimento, incluso un poco de trabajo por las mañanas, que aunque no lo creáis, tras varios meses de viaje, se echa en falta algo de trabajo manual, y sobre todo, lo oportunidad de conocer personas con un modo de vida admirable, con una sonrisa constante, de las verdaderas, de esas que van acompañadas por un brillo en los ojos, con un amor hacia la vida del que grandes reservas harían falta para hacer terapia en ese loco mundo.

Ewe en la cascada cercana a la finca

Con algunos devotos y voluntarios en el helado rio

El día a día en la finca Vrindavan se desarrollaba de forma tranquila, con mucha actividad, pero nunca con la sensación de hacer las cosas con prisa, de manera que llegaba la noche, y pensabas: "la de cosas que hemos hecho y sin tener que correr..." A las 6:00 empezar el día con la meditación y el culto a las deidades, un ritual instructivo, inspirador, y acompañado siempre de una lectura del Bhagavad Gita con la que sumergirse en el sentido de la vida , un buena manera de despertar el ser interior desde bien prontito. Y como todo ser interior viene acompañado de un trajecito físico para sobrevivir en este mundo, qué mejor que a las 7:30 una clase de yoga con la que espabilarse y descubrir a través de las ashanas (posturas), músculos, tendones o ligamentos que hasta entonces ni sospechabas tener. Tras este intenso comienzo de día, un bien merecido desayuno. No de esos que comes por inercia, porque te acabas de levantar y toca comer, sino de esos que tras un par de horas en pie sólo con oir la llamada al comedor a través de una caracola ya se te hace la boca agua.

Uno de los deliciosos desayunos en la finca

Tras llenarnos de buena comida física y espiritual, tocaba ponerse manos a la obra. ¿Trabajo para hacer? Todo el que quieras y más: ayudar en la cocina, limpiar las instalaciones, lijar, barnizar y pintar puertas. arreglar algunas cabañas, hacer compras... Pero todo sin agobios, sin escuchar una voz fuera de tono, sin que las instrucciones sobre qué hacer y cómo hacerlo pareciesen órdenes. Y curiosamente, me pareció que las horas que se trabajaban de esa manera se amortizaban mucho más que cualquiera de los días trabajando en alguna gran empresa. Creo que muchos de los devotos podrían ayudar en gran manera a la eficiencia productiva dando charlas en muchas compañías...jeje

Julie a lo Daniel San... Sube lija, baja lija...

¡Haciendo honor a la fama de los cocineros vascos!

Tras alrededor de 4 horas ganándonos el almuerzo, tocaba llenar, (de forma literal), las panchitas con nuevas obras de arte gastronómicas creadas por el chef Gopal y sus pinches. Es increíble como con alimentos básicos como frutas, patatas, yuca, tomates, zanahoria, judías, especias... Se pueden crear tan deliciosos y variados platos.

Uno de los momentos más repetidos, a punto de comer

Y ya para la tarde, a dar rienda suelta a la actividad más productiva inventada por el hombre, la siesta, o leer, estudiar, charlar... Hasta las 18:30 con una nueva sesión de meditación, ofrendas y lectura védica, como antesala a una nueva visita a la mesa. Porque otra cosa quizás no, pero comer, hemos comido durante esos días como no lo habíamos hecho durante los 6 meses del viaje.

En definitiva, pasar 4 días rodeados de un entorno natural idílico, con el sonido del agua incasable del riachuelo, los pájaros, y personas que te transmiten un paz interior que no tiene precio, como dice el título del post, nos supuso una verdadera recarga energética en todos los sentidos. Por experiencia, quizá a muchos, en cuanto oyen algo de comunidades Hare Krishna o cosas similares, se os activa el interruptor del miedo y crítica a lo desconocido. Pero os puedo asegurar, primero que nunca se debería hablar de algo sin antes haberse informado, y si se puede vivirlo mucho mejor. Y segundo, que ójala todas las comunidades del mundo, incluídas aquellas compuestas por el mayor número de miembros, como el cristianismo, el judaísmo, o el islamismo, estuviesen formadas por personas fieles a los principios reales de su doctrina, no me refiero a esos principios que imperan hoy en día, adaptados e interpretados según los intereses de unos cuantos sedientos de poder; sino aquellos principios verdaderos, basados en el respeto y el amor hacia uno mismo y los demás. Porque al final, todos formamos parte del mismo mundo, y te puedes llamar cristiano, musulmán, budista o lo que sea, pero os guste o no, en realidad todos estamos formados por lo mismo, y nuestra felicidad verdadera e integral depende del mismo camino.

Así que, en lugar de criticar desde el desconocimiento, o desde el rencor hacia todo aquello que no siga nuestra corriente, démonos la mano para todos juntos llegar a un bien común. Podemos cada uno caminar en dirección diferente, y hacer que la cuerda que nos ata a la vida se tense más y más, o caminar todos en una misma dirección y eliminar cualquier atadura.

¡HARE KRISHNA!

Con algunos de nuestros inolvidables compañeros de Vrindavan

"Ante todo haz que tu vida sea perfecta. Después trata de enseñar a los demás." Srila 
Prabhupada, fundador de la Asociación Internacional para la Conciencia de Krishna

lunes, 21 de abril de 2014

¡No me canso de volver a Baños de Agua Santa!

Cuando estuve hace 5 años en Ecuador haciendo un voluntariado de 3 semanas, teníamos los fines de semana libres para visitar la tierra ecuatoriana. De los 3 fines de semana que estuve en el país, 2 de ellos fuí al mismo lugar, a Baños de Agua Santa, apenas a 1 hora en bus desde Ambato. Podréis pensar, ¿estás sólo 3 semanas en Ecuador, y para unos días que tienes para ver el país, repites el mismo sitio? Pues no sólo eso, sino que en esta nueva visita a Ecuador, ¡vuelvo a repetir! :-D

Pero... ¿qué tiene Baños de especial? Para un amante de la naturaleza, y sobre todo, de lugares en los que ésta se muestra en todo su esplendor, Baños es todo un paraíso. Levantas unos centímetros la vista, y mires donde mires, ves verde por todas partes; el volcán Tungurahua haciendo de las suyas con algún que otro temblor de tierra, algún pedete humeante y si tienes "suerte", algún que otro escupitajo de lava; la ruta de las cascadas haciendo las delicias no sólo de la vista y los oídos, sino de los espíritus más aventureros con ofertas de bungee jumping, tirolina, y la nueva atracción de la zona, el canopy (colgarte con un arnés de un cable para pasar de un lado al otro del valle y así tener vistas privilegiadas de las cascadas). Ni siquiera el intrigante nombre del hostal, "Pensylvania", podría evitar que disfrutásemos de todas estas maravillas.

El primer día en Baños lo aprovechamos para pegarnos una buena caminata, a priori y según las indicaciones del personal del hostal la podríamos hacer en 2:30 horas o 3, y finalmente fueron más de 4 horas... La primera parada de la excursioncilla fue el mirador de Bellavista, con el nombre y la foto sobran más explicaciones.

Vista de Baños desde el mirador Bellavista

Hasta ahí todo bien, caminillo empinado por el monte y disfrutando a cada paso de vistas cada vez más impresionantes del Baños y la naturaleza que le rodea. Desde el mirador de Bellavista, el siguiente objetivo era la Casa del Árbol, (en este caso tampoco hacen falta explicaciones de qué se trata...), una casita situada en el centro de control de la actividad del volcán Tungurahua. Fijo que alguno ya tenéis en mente un moderno edificio, con lo último en tecnología sísmica... Se trataba de una simple cabañita, administrada por el mismo hombre desde hace más de 30 años, el cual no recibe un centavo por la labor, lo cual compensa con un original columpio colgado de la casa del árbol, y por el que pide una propina para usarlo.



Jugando en el columpio de la Casa del Árbol

El lugar donde se encuentra esta casita, sirve también como mirador del volcán Tungurahua, pero teniendo en cuenta el clima de la zona, es toda una lotería el que la niebla te permita ver uno de los volcanos más activos de Sudamérica. Como podéis ver en las fotos, aquel no fue un día de suerte, pero aún así mereció mucho la pena la caminata, tanto por las vista de baños, el divertido camino que tuvimos que ir siguiendo a través de túneles naturales y amenas conversaciones con indígenas  curiosos por nuestra procedencia y por nuestra situación económica como europeos...jeje Y tras la dura pero gratificante excursión, nos dimos un homenaje en forma de locro de queso y aguacate, una crema de papas que tras la jornada física y fría entró como anillo al dedo.

Para el día siguiente, fuimos víctimas de las masas y cumplimos con la principal atracción de Baños, recorrer la ruta de las cascadas, también conocido como de las 9 novias. Para hacer este recorrido de apenas 6 km, las numerosas agencias turísticas de Baños te ofrecen múltiples opciones: bici, quads, moto, chiva con guía... Nosotros optamos por la más barata, ecológica y gratificante, a hacer ejercicio en bici. Cuando estuve en Baños hace 5 años, hice el mismo recorrido dos veces, una andando (demasiada paliza), y otra en chiva con guía (poca independencia), así que de momento la opción de las dos ruedas se lleva el premio.

Ya desde el primer kilómetro saliendo de Baños tuvimos los primeros regalos para nuestros sentidos, primero con la impresionante represa hidroeléctrica de Agoyán, que aparte del evidente aporte energético, la apertura de las compuerta ayuda a la oferta de rafting por el río Pastaza, a lo largo del cual van apareciendo como por sorpresa una por una cada cascada.

Represa de Agoyán 

Ewelina a la conquista de la vuelta a Baños

Como suele pasar, allí donde hay un atractivo natural, hay seres humanos tratando de sacar tajada económica, y aquí no podía ser menos. En cada punto donde encuentras unas cascada, automáticamente ahí está un largo cable que atraviesa el rio por las alturas, y una cestita o arneses esperando a los turistas más aventureros y gente local frotándose las manos.

Valle del rio Pastaza 

Dos de las cascadas de la ruta

Y como guinda al pastel de la jornada ciclista, la estrella de la ruta, la guinda del pastel, los 5 minutitos de más durmiendo antes de levantarte, ese gol en el último minuto... ¡el Pailón del Diablo! Es una cascada de más de 100 metros, a la que se accede a través de un sendero que baja por la ladera del valle, pudiendo llegar al ladito de la caída de agua, y presenciar la fuerza bestial de la naturaleza. Es un lugar con una energía increíble, una magia especial, en el que te quedas observando, escuchando, sintiendo en tu piel el agua pulverizada de la cascada durante largo rato como hipnotizado. Nada de psicólogos, pastillas anti-estrés ni cosas así... Una visita a un lugar es toda una limpieza interior, y por supuesto exterior, porque nadie se libra de acabar empapadito.



Diferentes vistas del Pailón del Diablo

Como nos suele pasar, es imposible, al menos con nuestras habilidades fotográficas, captar en una foto la fuerza, magnitud y energía que regala la cascada. Así que ya sabéis, visita obligada al Pailón del Diablo y acabar bien mojaditos.

Para el último día en Baños, antes de caracolear hacia el siguiente destino, aprovechamos para ampliar la colección de fotos recorriendo las calles de Baños. Aunque los principales atractivos del pueblo se encuentran en sus alrededores, merece la pena un paseito por la localidad, a la catedral, que nunca falta a su cita en cada pueblo de América Latina, y ponerte los dientes largos con las ofertas de las agencias turísticas para ir a visitar la selva amazónica, tribus indígenas... ¡Pero habrá que dejarlo para la siguiente visita a Baños! :-P

 Plaza principal de Baños y la catedral

Calle de Baños

En nuestra próxima quedada, nos vemos en un lugar lleno de experiencia gastronómicas, naturales, filosóficas, espirituales y físicas. ¡No faltéis a la cita!

"Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras que el género humano no escucha". Victor Hugo.


jueves, 17 de abril de 2014

De visita por el centro histórico de Quito, el mejor conservado de Latinoamérica... y el más contaminado


Para los que seguís nuestras aventuras no es ningún secreto que no somos muy fanático a las grandes ciudades. Existen diferentes tipos de personas, y en este sentido, hay gente que disfruta con el ajetreo de la urbe, el ruido de los coches, tiendas por todas partes... Y hay otros que como nosotros, al menos mientras viajamos, disfrutamos más de lugares más reducidos, con más cercanía entre la gente, de esos que en un par de días sus habitantes ya te saludan al reconocerte y en los que incluso puedes llegar a dar indicaciones a los viajeros recién llegado. Entonces, ¿qué leches pintamos en Quito, la capital y mayor ciudad de Ecuador? Pues... lo primero que había llegado a nuestros oídos que tiene uno de los centros históricos más bonitos de Sudamérica, aunque conociendo la fama que tenemos los latinos a engrandecer nuestra tierra nunca se sabe, y segundo, que tras la experiencia del robo, necesitábamos una operación consumista para recuperar algunos de los objetos robados, y a decir verdad, si algo bueno tiene una ciudad, es que es más fácil comprar cualquier cosa, o eso pensábamos...

Desde Otavalo, habíamos contactado con un couchsurfer de Quito para que nos alojara durante nuestra estancia en la capital, peeeero, no sé si el día que viajamos hacia Quito era de esos en los que tu paciencia y comprensión se vuelven tus mejores amigas, al robo en el bus sumamos el hecho de que el couchsurfer no se presentó a la cita ni contestó a las llamadas que le hicimos, así que tocaba buscar alojamiento. Lo de buscar alojamiento, es una tarea que según nuestra experiencia requiere paciencia y no estar desesperado por encontrar algo rápido. Y después de un día lleno de retos psicológicos y físicos, ninguna de las dos condiciones se daba... :-D Así que tras preguntar en un par de hostales de la zona de Mariscal, la zona turística por excelencia, y comprobar que o estaban llenos o se nos salían de presupuesto, finalmente acabamos en un hotel más o menos decente, que aunque más caro de lo que estamos acostumbrados, dentro de las opciones por la zona no estaba mal, a pesar de tener divertidas peleas por el agua caliente. (Por supuesto que se pueden encontrar habitaciones a precios tirados, pero teniendo la posibilidad, también miramos el poder estar cómodos...)

Zona de Mariscal

Los dos primeros días en Quito los pasamos intentando recuperarnos del golpe moral por el robo, tal y como comenté en el post anterior, e intentando recuperarnos materialmente, lo cual vimos que no iba a ser tan fácil, ya que o los precios de los objetos (MP3) eran elevadísimos comparados con Europa, o encontrar la cámara que habíamos perdido se convirtió en una cuestión de orgullo. Para no enrollarme mucho, tras hacer un tour intensivo por centros comerciales y hablar con contactos pudimos comprar el MP3 y la cámara, lo cual ayudó a ir recuperando la normalidad y los ánimos perdidos.

En cuanto a Quito, más o menos lo esperado. En lo que respecta al centro histórico los rumores... totalmente ciertos. Una gran extensión de edificios e iglesias de la época colonial, catalogados como “las edificaciones coloniales mejor conservadas de América Latina”, y, a modo de curiosidad, siendo este centro histórico, junto a Cracovia (Polonia), los primeros lugares declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

Basílica del Voto Nacional 

Centro histórico de Quito

En cuanto a arquitectura es toda una delicia caminar por las calles del centro histórico, combinando lujosas casa burguesas, con edificios gubernamentales, animadas plazas en las que te puedes sumergir en la vida social quiteña, e incluso enterarte de las conflictos sociales de actualidad en el país, como la intención de explotar el parque natural amazónico de Yasuní por parte de empresas petrolíferas, por supuesto que cuentan con el apoyo del gobierno, que ya se frota las manos ante la llegada de dinerito fresco aunque sea a costa de quitar sus casas a comunidades indígenas... El hombre y el poder, cuando acabará esa contaminante relación...

Movilización por Yasuní en la plaza de la Independencia

Y hablando de contaminación, he presenciado la nube negra que muchos días se puede ver desde las afueras de ciuddes como Madrid y Barcelona, fuimos testigos de la cantidad de basura que se puede acumular en el suelo de algunas ciudades mexicanas, pero la espesa nube de contaminación que expulsan los buses en el centro de Quito en cada aceleración, unido a la distribución en pendiente de la zona, era para taparse la cara cada vez que pasabas al lado de un bus. No me extraña que cada vez que llegásemos al alojamientos el agua saliese ennegrecida al ducharnos... ¡Nos duchamos cada día eh! No penséis mal...jeje

A pesar de esto, para ser justos, hay que decir que merece mucho la pena la visita al centro histórico, en el que el lugar que ganó el primer premio en los prestigiosos Ivan's Best Places Awards in the Historical Centre of Quito fue la calle de La Ronda, que a pesar de un nombre tan español, sus orígenes son indígenas. Es una calle conocida sobre todo por su pasado bohemio y cultural, ya que presenció la creatividad de pintores, poetas y músicos durante principios del siglo XX. Actualmente, intenta mantener esta atmósfera cultura a través de diferentes galerías y tiendas de artesanía, y cierto aire bohemio con restaurantes que esconden en su interior acogedoras terrazas, que invitan a degustar las gastronomía típica de la zona, como el llapingacho o el locro, este último uno de nuestro nuevos amigos culinarios durante el viaje por Ecuador.

Calle La Ronda 

Calle La Ronda

 Locro de queso con aguacate y choclo frito


Después de estos primeros días en Quito, decidimos hacer una escapadita a la costa del Pacífico, que aunque aún nos quedaban algunas cosillas por ver en Quito, como la idea era desde la costa volver al interior, nos pillaba de paso quedarnos luego algún día más en la capital...

Tras mucha deliberación, el lugar escogido en la costa fue Mompiche, y pequeñísimo pueblo, en el que la vida gira en torno al surf, la playa, el marisco y la tranquilidad, ¡perfecto para nosotros! Excepto el marisco, que para los vegetarinos no es muy apreciado, y el surf, que aunque sí que es apreciado, en nuestro caso el que no lo sabe apreciar es nuestro equilibrio...jeje.

Principal y prácticamente única calle de Mompiche 

 El icono de Mompiche

Playa de Mompiche

De vuelta a Quito, el principal motivo para parar por segunda vez en la ciudad fue la visita a la ciudad del Mitad del Mundo, a una hora en bus de Quito, aunque de forma inesperada esta segunda estancia en la ciudad nos regaló el encontrarnos con Rafa, un viajero polaco que lleva ya a sus espaldas más de 10 años viajando, bueno, más que en sus espaldas en sus piernas, ya que viaja en bici. Un chico muy auténtico, siempre sonriente y que transmitía una gran energía, además fue toda una delicia asistir a uno de sus conciertos callejeros con los que se gana el dinerito para ir viajando.

Nuestro nuevo amigo polaco en plena actuación

En cuanto a la Ciudad del Mitad del Mundo, para qué explicar algo que su propio nombre indica claramente...jeje. Se trata de un pequeño pueblo-museo por el que pasa la línea del ecuador, donde la latitud es 0º 0' 0'', o lo que es lo mismo, la línea que cruza la tierra por su zona más cercana al Sol, o la línea en donde se equilibran las fuerza producidas por la rotación de la Tierra. Al llegar a la ciudad, conociendo los típicos experimentos como que el agua circula en diferentes sentidos a un lado y a otro de la línea, o lo que es lo mismo, que al tirar de la cisterna en Australia el agua girará en un sentido y en España en sentido contrario, pues me esperaba encontrar estas sencillas demostraciones en el lugar, pero para sorpresa nuestra nada de nada. Alguna exposición de pinturas, de la historia de la medición con coordenadas, el típico monumento para hacer la foto... pero en cuanto a experimentos físicos, cero.

Ciudad de Mitad del Mundo

¿El motivo? Lo descubrimos durante nuestra visita al museo Intiñan, a unos metros saliendo de la Ciudad de la Mitad del Mundo. Y es que resulta que a lo largo de los años se ha ido mejorando la precisión en las mediciones de la línea ecuatorial, y aunque hace unos años los métodos no eran muy avanzados, supongo que el gobierno de Ecuador andaba con prisa por empezar a sacar sustento económico del privilegio de estar situados en la latitud 0, y construyeron la Ciudad de la Mitad del Mundo sobre lo que hace años se consideraba la línea ecuatorial. Sin embargo, posteriores avances en los sistemas de medición demostraron que la línea se encontraba a escasos metros de su ubicación original, exactamente en el lugar donde actualmente se encuentra el museo Intiñan. Es por ello que en l visita a la Ciudad no encuentras ningún experimento físico, más que nada porque quedarían bastante mal, y es en el museo Inquiñán donde sí que pudimos disfrutar como enanos de ver como el agua giraba en sentidos diferentes simplemente moviendo el barreño unos centímetros, o como debido a la anulación en la línea ecuatorial de las fuerza originada por la rotación terrestre, es más sencillo colocar un huevo sobre un clavo y lograr mantenerlo en equilibrio, (aunque ni aún así mi paciencia pudo lograrlo...)

Cada uno en diferentes hemisferios 

En plena concentración... 

Poniendo a prueba el equilibrio con las fuerzas de la línea ecuatorial

En definitiva, en mi opinión, uno se puede ahorrar el dinero y el tiempo en visitar la Ciudad de la Mitad del Mundo, y dedicarte a explorar los rincones del museo Inquiñán y pasarlo como un enano recordando clases de física en el colegio.

Con todo esto ponemos fin a la etapa quiteña, prejuzgadamente no muy apetecible por tratarse de una gran ciudad, pero a posteriori una gran experiencia histórica, física, gastronómica y natural. Aunque para experiencia natural, nada como el próximo destino, Baños de Agua Santa, toda una delicia para los amantes de la madre tierra y para ver su potencial en todo su esplendor. ¡No os lo perdáis en el próximo post!

¡Abrazos!

"No somos seres humanos teniendo una experiencia espiritual. Somos seres espirituales teniendo una experiencia humana". Pierre Teilhard de Chardin