viernes, 31 de enero de 2014

El mejor destino para finalizar la aventura mexicana, ¡la isla de Cozumel!

Sí amigos y amigas... Tras incontables platos de nachos, guacamole, quesadillas; decenas de viajes en bus, alojamientos de todos los estilos, personas todas y cada una maravillosas, la etapa mexicana estaba llegando a su fin. Pero para hacer más llevadera la despedida, qué mejor que pasar los últimos días en una isla donde relajarnos en la playita y explorar el fondo del mar Caribe, para ello la isla de Cozumel fue la guinda del pastel del viaje por México.

Tras tomar un bus desde la Tulum a Playa del Carmen, (bonita pueblo playero pero extremadamente turístico), cogimos un ferry para llegar a Cozumel, disfrutando durante el trayecto marítimo de la compañía de una pareja estadounidense con los que pudimos compartir el taxi hacia el alojamiento, ya que nos hospedábamos cerquita de ellos. Para la estancia en Cozumel, esta vez sí que habíamos podido reservar una habitación en el hostal Beachhouse, un chalet situado en la zona norte de la isla, administrado por Adolgo y Tina, un matrimonio mexicano-suizo que nos trató estupendamente.

La isla de Cozumel es un destino típico para los cruceros que recorren las diferentes islas del mar Caribe, generalmente procedentes de USA. Por ello, desde aproximadamente las 11 de la mañana hasta las 5 de la tarde, en el pueblo de San Miguel, el más grande de la isla, puedes ver a cientos de turistas que salen de los cruceros para visitar la isla. Como os podréis imaginar, con este tipo de turismo el pueblo de San Miguel está repleto de restaurantes, tiendas de souvenirs, bares... Pero si como nosotros tienes la suerte de poder dedicarle unos días a la isla, hay muchas cosas por descubrir en los poco más de 40 km de largo que tiene.

Como de costumbre cuando llegamos a un nuevo lugar, la primera tarde la dedicamos a descansar y a ir conociendo a Adolfo y Tina, los dueños de la casa-hostal. Un ambiente muy cercano y familiar, justo el tipo de alojamiento que más nos gustan. Al día siguiente, alquilamos una scooter con la que recorrimos la isla cómodamente disfrutando del agradable vientecillo.


De ruta motera cual Ángeles del Infierno

La primera visita que hicimos en la isla fue el sitio arqueológico de San Gervasio. ¡Siiiiii, otro más! jeje No entraba en nuestros planes esta visita, pero el hecho de que esa ciuddad maya estuviese dedicada a la diosa Ixchel, con la que Ewe siente cierta sintonía, fue motivo más que suficiente para la visita. Al final, creo que recordaremos más los caminos llenos de barro y mosquitos que tuvimos que atravesar para llegar a algunas de las estructuras, y la gran cantidad de iguanas que había por todas partes.

San Gervasio, palacio de Ixchel

Iguana en pleno ritual de empoderamiento

El resto del día lo dedicamos a ir bordeando la costa de la isla. En ese sentido hay dos costas bien diferentes, la costa este, por la que llegaron los españoles hace 500 años, siendo esta costa el primer lugar que los colonizadores vieron de México, con playas más salvajes, y la costa oeste, donde están las playas más tranquilitas y en su mayoría privadas, y donde atracan los crucerosy están las zonas turísticas. Nosotros dedicamos más tiempo a descubrir la costa más salvaje, que a pesar de que el mar estaba bastante revuelto, en las playas no había apenas gente y había más privacidad, la ocasión perfecta para sacar durante unos minutos el niño que todos llevamos dentro.

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Entrenando para mi futuro profesional circense

Con la tontería, la luz del día nos iba abandonando poco a poco, así que antes de que se hiciese de noche, le dimos duro al acelerador de la scooter para intentar llegar a la costa oeste y así poder ver el atardecer. Dicho y hecho, justo a tiempo para una vez más, ser testigos de un gran espectáculo que nos regala el universo cada día.


Precioso atardecer en Cozumel

Y ya para  el último día en esta maravillosa isla, teníamos reservado con Adolfo, el dueño del hostal y profesional del submarinismo, una de los planes que más estábamos esperando, ¡bucear en el mar Caribe! Además, para Ewe era la primer experiencia submarina, así que fue su bautizo de buceo, ¡no está mal hacer tu primera inmersión en una isla del mar Caribe! jeje. Adolfo se portó de lujo con el bautizo de Ewe, se tiro un buen rato con las explicaciones básicas, y una vez en el agua hizo que nos sintiéramos totalmente seguros y disfrutásemos al máximo de la experiencia. ¡Ya tenemos una buceadora más en la comunidad!

La nueva pareja de submarinistas

Ewe y Adolfo

Y señoras y señoras, la aventura por México tocó a su fin con todo esto. El viaje por el país se alargó más de lo planeado, y eso que no visitamos ni la mitad de sitios que habíamos pensado, pero como se suele decir, no se trata de la cantidad, sino de la calidad. Y hablando de ir cambiando de planes, hubo un gran cambio respecto al itinerario a seguir por América Latina. La idea era viajar desde Cancún a Costa Rica, ya que hace tiempo habíamos mirado que los vuelos no eran muy caros. Pues cuando tuvimos más clara la fecha para ir hacia allí, vimos que los precios habían subido un montón, así que tocó hacer estudio económico y geográfico para elegir nuevo destino. Y el país ganador fue........... ¡COLOMBIA! Había vuelos baratos a Bogotá, y el país era uno de los de la lista para visitar, ¡así que siguiente destino decidido! Aún así nos da cierta pena no poder ir a Costa Rica, ya nos imaginábamos visitando sus selvas, sus paisajes únicos... Pero quién sabe, quizá el destino nos acabe llevando finalmente hacia allí...

Así que aparte del post que escribiré de resumen de la etapa por México, los próximos ya tendrán como protagonista al país del café. Y os aseguro que no es un país que defrauda. Como dicen, el principal peligro del país no es la violencia, sino que te entren ganas de quedarte.

¡Un abrazo!

La  vida es algo que ocurre mientras pensamos en otras cosas

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