miércoles, 27 de noviembre de 2013

Luxor I, comienza el viaje por la historia de Egipto

Hagamos un poco de memoria... Nos habíamos quedado en que estando en Dahab, lugar de relax total y de disfrute de los tesoros del fondo del Mar Rojo, había contactado con un couchsurfer, Nader, que me podría dar alojamiento por unos días en una casita que tiene en la playa. Nader me comentó que había tenido un cambio de planes y que llegaría a Dahab un par de días más tarde, pero que si quería podía ir igualmente a su casa, un amigo suyo se encargaría de llevarme allí y abrirme la casa.

Dicho y hecho, la casa era más bien una edificación de una sola habitación con un pequeño baño, futuro proyecto de un centro de buceo gestionado por Nader.



Todo era muy básico, un par de colchones, un par de sillas, y listo... Lo mejor, la ubicación. El centro estaba a unos metros del mar, a unos 3 km de Dahab, cerca del Cañón, famoso punto de inmersión del Mar Rojo. En los alrededores simplemente había algún restaurante para la gente que iba a hacer byceo al Cañón, y algún hotelillo prácticamente vacio. ¿Y qué hacer estando solo en un sitio así? Pues simplemente, ESTAR, algo que muchas veces nos olvidamos de hacer y que por uno u otro motivo parece imposible. Disfrutar de los atardeceres en la playa, hacer visitas al mundo submarino, dar paseos escuchando música, ya sea del MP3 o la banda sonora que nos regala el mar, dar rienda suelta a los pensamientos en forma de tinta, renovarse con agradables lecturas... Porque un viaje así no sólo consiste en visitar lugares, conocer gente, sino también visitarte a tí mismo, y este lugar era el escenario ideal para ello.



Finalmente Nader llegó dos días más tarde, un chico de mente muy abierta teniendo en cuenta la cultura donde vive, con grandes sueños que espero que nunca deje de intentar hacerlos realidad a pesar de las pruebas que el universo le va poniendo. Pero después de pasar más de 10 días por Dahab, sentía que el caracol tenía que continuar su rumbo, así que finalmente no hicimos submarinismo, y al día siguiente de que Nader llegase, hice la mochila, y camino hacia una nueva aventura: ¡Luxor!

Supongo que a los que alguna vez os hayáis interesado por viajar a Egipto os sonará Luxor, uno de los lugares imprescindibles para visitar, sobre todo si quieres empaparte de la más auténtica historia egipcia en forma de tumbas, templos... Para llegar a Luxor, cogí un avión desde Sharm el Sheikh, al sur de la península del Sinaí, hasta Hurghada. Y desde Hurghada, tras un largo día buscando la estación de bus correcta y esperar horas y horas a la salida del bus, puse rumbo hacia Luxor. Para este tipo de viaje, soy mucho más partidario de desplazarme por tierra, ya sea tren o bus, creo que es la mejor manera de sumergirte en el país. Pero en este caso el viaje en bus desde Dahab a Luxor eran más de 24 horas, y costando el billete de avión menos de 40 € no me lo tuve que pensar mucho...jeje

Con la llegada a Luxor finalizaba una etapa en Egipto, una etapa podría decir del Egipto menos "típico", para pasar al Egipto del que la mayoría hemos oído hablar: viajes a través de su historia, de su cultura faraónica, gente local a la que se le ilumina la mirada en cuanto ve un turista, lecciones diarias sobre los más sofisticados trucos para intentar sacarte un dinerillo... La verdad es que tras tantas historias leídas sobre el tipo de cosas con las que suele lidiar un turista en Egipto, me sentía algo perezoso para afrontarlo. Pero nada más llegar a Luxor, y concretamente, al llegar al hostal Bob Marley, recomendado por Tut, un couchsurfer de Luxor, todo comenzó a tomar un nuevo color. El hostal Bob Marley está gestionado por Sayid y María (la mami de los viajeros), una pareja peculiar entre un egipcio y una belga, y con una historia que nunca me canso de escuchar cada vez que llegan nuevos huéspedes y María la cuenta. Os pongo una fotillo del interior del hostal.



Como os he comentado, en sitios como Luxor, Aswan, Giza... Lugares turísticos relacionado con la historia egipcia, sales a la calle y cada 10 metros se te acerca alguien ofreciéndote algo, desde paseos en caballo, en barco por el Nilo, souvenirs. Y para ello utilizan cualquier tipo de estrategia, desde el chantaje emocional hasta la confusión entre monedas, precios de turistas... Ante este panorama, estar en el hostal con María, es todo un soplo de aire fresco. Es una mujer de unos 60 años, con una larga trayectoria en la vida egipcia, y que como ella dice, el hostal no es un negocio para ella, sino su hobby. Y puedo dar fe de ello, ya que no es muy común que la dueña de un hostal te acompañe a dar una vuelta por el bazar y asegurarse de que no te engañan, te invita a tomar algo, e incluso, si quieres ir a visitar las tumbas, y no hay gente suficiente para contratar un taxi y un guía, para que la cosa no se salga del presupuesto, se viene contigo a ver las tumbas, y de paso contagiarte su increíble entusiasmo y conocimiento de la historia egipcia.

¡No os penséis que me llevo comisión haciendo publicidad del hostal eh! :-D Pero creedme que en un lugar como Egipto, encontrar algo así es algo que se valora muchísimo, sin tener que estar con los ojos bien abiertos por si en el hostal te intentan también cobrar más de lo normal, y ayudándote incluso más allá de lo que se suele considerar el servicio de un hostal.

Con esta atmósfera, todos estos días que estoy pasando en el hostal se crea de forma natural un ambiente familiar con la mayoría de los huéspedes que van llegando, de manera que si quieres, siempre tienes a alguien con quien tomarte algo, ir a dar una vuelta, ir a visitar los templos, disfrutar de conversaciones existenciales en la terraza y mágicos atardeceres.




Quizá algunos estéis pensando: "sí sí, muy chulo todo esto, pero... ¿no cuentas nada de las tumbas de los faraones, los templos?" jeje. Todo a su debido momento. En este post sólo quiero dar una introducción sobre Luxor, ya que da mucho de sí toda la historia que contiene esta ciudad. Además, mis días en Luxor están siendo agradablemente marcados por mi estancia en el hostal, la convivencia con Maria, Sayid, el resto de viajeros... Y es algo que quería compartir. En los próximos post ya entraremos en materia histórica, con las tumbas y templos que he visitado, la comida en Luxor, el bazar...

¡Nos vemos muy prontito!

Cuando regalas una rosa, tu mano siempre conservará parte de su olor.
Cuando das algo, sea lo que sea, siempre estarás recibiendo.

1 comentario:

  1. Es de valientes, permitirse...Ser y Estar.
    Nos facilitas instantaneas que contrastan con el paisaje que tenemos aqui...Festival de colores de otoño.
    Las estrellas suprimen, de lejanas que son...las distancias del mundo.
    Un abrazo ...

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