Así podría empezar parte de la historia de todo los países de América Latina. Pero lo que hace de la historia de Chile algo excepcional son episodios como un indígena que hizo de caballo de Troya entre el ejército español, una casi-independencia sin tocar ni un arma o un dictador que simplemente levantándose de una silla se rió de prácticamente todo el mundo.
A nuestra llegada a Santiago de Chile, nos esperaba una de esas conexiones mágicas que el juguetón universo nos tenía preparadas. Si recordáis, en la ciudad argentina de Córdoba, nos alojaron Bernie y Mauro, una pareja de couchsurfers maravillosa y que no sólo nos ofreción una cama y una experiencia inolvidable, sino además alguien que nos alojaría en Santiago, el hermano de Bernie, Carlos, otra delicia de persona.
Los caracoles con nuestro querido Carlos
Pero en este post no os hablaré de la comida chilena, de qué lugares visitamos, de lo bien que nos trató Carlos... Sino de una gran y apasionante lección de historia que nos aportó una de las actividades más auténticas que hemos ido viviendo durante este y otros viaje, un Free Walking Tour, es decir, un tour por la ciudad donde en lugar de cobrarte un precio fijo, se basa en propinas. Si nunca habéis probado algo así, y tenéis pensado algún viaje en breve, no dejéis de buscar en Internet si en vuestro próximo destino realizan tours "gratuitos", TODOS los que hemos hechos han sido maravillosos, con gente joven y con gran pasión por su ciudad. Durante el tour por Santiago no sólo nos hablaron de la historia de Chile, aprovechando la visita de varios lugares emblemáticos, sino que también nos hablaron de la gastronomía, curiosidades culturales... Pero como os he comentado, esto lo dejaremos para el siguiente post, ya que por el gran impacto que nos causó la historia chilena hasta nuestro días, creo justo compartir ese impacto con todo vosotros y contaros a mi manera la historia de Chile. ¡Tranquilos! Trataré de ser lo más conciso y ameno posible, ¡palabra!
Como he escrito al inicio del post, la parte de la historia de Chile correspondiente a la conquista española sigue siendo un poco más de lo mismo que en otros países de América, llegan los españoles, los indígenas flipando con esos enormes caballos, espadas y armaduras, se inicia la conquista territorial y religiosa... bla, bla, bla. Pero os aseguro que a lo largo de lo que queda de post podréis descubrir una historia diferente y llena de curiosidad que a pesar de pasar cientos de años atrás, reflejan valores que siempre permanecerán atemporales.
Con la llegada de los españoles a Chile, liderados por Pedro de Valdivia, en la zona centro-sur del país se encontraron con una resistencia indígena como pocas hasta ese momento, la resistencia mapuche. Aunque este pueblo mapuche ya desde unos años antes a la llegada española tuvieron que hacer frente a otra civilización que por esos tiempos iba haciendo estragos a diestro y siniestro, los incas. Sin embargo, al igual que con los españoles, los mapuches aguantaron la embestida inca y consiguieron seguir establecidos en sus territorios.
En cuanto a su lucha con los españoles, duró más de 300 años, durante las cuales se sucedieron etapas bélicas con otras más pacíficas en las que incluso se dieron tratados comerciales entre los mapuches y los colonos españoles primero, y entre los mapuches y la República de Chile tras la independencia de los chilenos a principios del siglo XIX, pero de este último ya hablaremos más adelante. Es por ello que los mapuches son considerados el pueblo indígena que durante más tiempo resistió los intentos de conquista española.
Esta fuerte defensa mapuche, hizo que durante los siglos XVI, XVII, XVIII y parte del XIX, la conquista española en Chile estuviese limitada geográficamente hasta la zona de Concepción, la primera capital del Reino de Chile. Capital que, evidentemente, al estar situada en la "frontera" mapuche-española, duró pocos años, pasando a Santiago el título de capital que a día de hoy aún conserva.
Adornos mapuches en el Museo de Historia de Santiago
Esta ardua resistencia mapuche fue responsabilidad en gran parte de figuras individuales como Colocolo, Caupolicán, o Lautaro. Pero... parémonos un instante en este último personaje, Lautaro, todo un ejemplo de una caballo de Troya introducido por los propios españoles entre sus filas. Lautaro fue un indio mapuche capturado por los españoles con apenas 11 años, y desde ese momento convertido en yanacona, o indio de servicio para las filas de Pedro de Valdivia. Lo que nunca sospecharon los colonos fue que entre ellos contaban con un indio mapuche servicial como pocos, realizando una labor impecable, pero de mientras, aprovechando para aprender de las técnicas españolas de batallas, con sus potencias y debilidades. Finalmente, tras unos 5 años de servicio y sobre todo de master en estrategias españolas en batalla, Lautaro abandonó a los españoles para volver a su comunidad origen y liderar el primer levantamiento indígena exitoso. Y es que hasta ese momento, los mapuches se habían tomado sus enfrentamientos con los españoles como durante toda su historia se habían tomado los enfrentamientos, de forma mucho más religiosa y ritual comparada con la actitud conquistadora, sangrienta y devastadora de los españoles. Pero la llegada de Lautaro al frente de batalla mapuche supuso un giro radical de la estrategias de combate. Así, los renovados guerreros mapuches aprovecharon tanto las debilidades del ejército español, inutilidad de la pólvora en días de lluvia o la pesadez de sus armaduras, como sus fortalezas, adquiriendo armas de metal y caballos para luchas contra los hispanos. De este modo, en ese primer gran levantamiento mapuche, conocido como la Batalla de Tucapel, Lautaro y compañía lograron capturar a Pedro de Valdivia y lo ejecutaron. Sin embargo, para el año 1557, por un lado las enfermedades traídas por los españoles, y por otro el mal trato que los mapuches ejercían sobre los pueblos indígenas minoritarios de los terrenos que iban conquistando, supusieron demasiados enemigos para Lautaro, produciendo su captura y ejecución por el ejército español. Pero al igual que Tupac Amaru entre los incas, Lautaro permaneció y permanece siempre vivo entre la memoria y el ejemplo de resistencia indígena no sólo entre el pueblo mapuche, sino en todo Chile.
Cuadro de Lautaro
Tras la independencia de Chile, una etapa de convivencia más o menos pacífica entre chilenos y mapuches fue seguida por un ataque de fuerza y diplomacia por parte del gobierno chileno sobre el territorio de Arauco, zona mapuche que aún se mantenía independiente de Chile. Lo que provocó que la mayoría de mandatarios mapuches fuesen obligados a firmar tratados que establecían la absorción de los territorios mapuches en Chile. Esto supuso un punto de inflexión en la historia del pueblo y cultura mapuches, ya que esa adhesión forzosa provocó la aparición de enfermedades y saqueos que debilitaron enormemente a los indígenas, ocasionando no sólo una reducción drástica de la población, sino de sus costumbres, economía agrícola, idioma...
Actualmente, se calcula que en Chile existe aún un 4,6% de población mapuche, que no es poco. Pero aún así, su protagonismo en la vida política y social de Chile sigue siendo por decirlo de forma suave, anecdótica. Por ello a día de hoy aún se producen numerosas manifestaciones e intentos por parte de los mapuches y organizaciones nacionales e internacionales por preservar la cultura mapuche y lograr el respeto hacia su pueblo.
Toda esta historia de los mapuches, aparte de servirnos como un gran relato lleno de héroes, estrategias de guerra y valores culturales, nos echará una mano para seguir con la apasionante historia chilena. Volvamos al punto a principios del siglo XIX, en el que los españoles se asentaron en lo que hoy es Chile, y a pesar de no poder alimentar del todo su ego conquistador con los territorios mapuches, estaban muy felices y contentos por todo el territorio conquistado. Pero en ese momento llegó el primer intento de independencia por parte de los chilenos, curiosamente provocado por algo que estaba sucediendo a miles de kilómetros de distancia. Bueno, más que algo, por alguien, un pequeñito militar francés que estaba causando estragos con su ejército por toda Europa, el famoso Napoleón. Y es que hasta tierras chilenas llegaron noticias de que el ejército de Napoleón se había hecho con el Reino de España, y claro, no tenía mucho sentido que Chile estuviese conquistado por una corona que ni siquiera existía.
De este modo, sin ni siquiera tener que tomarse la molestia de coger las armas, se iniciaron procesos gubernamentales y constitucionales para ir estableciendo una independencia chilena que nunca llegó a ser del todo oficial, ya que tropas realistas comenzaron a llegar desde el Alto Perú para tratar de quitar de la cabeza de los chilenos cualquier idea de independencia. Pero ya sabéis, no es tarea tan fácil eliminar una idea de la cabeza de toda una nación. Así que junto con el Ejército de los Andes, liderado por el general San Martín, los chilenos volvieron a la carga contra los conquistadores españoles, y finalmente el 12 de Febrero de 1818 se declaró oficialmente la independencia de la República de Chile, día festivo que actualmente se celebra con miles de banderas chilenas colocadas en las ventanas, porque si no, y esto es verídico, ¡te multan! :-O
Desde este momento se sucedió una época de bastante "entretenimiento" político, con gobiernos liberales, conservadores, revolucionarios, guerras civiles... Y así llegamos hasta el siglo XX, marcado en sus inicios por el crack de la bolsa de Nueva York, época conocida como la Gran Depresión, y que provocó una crisis mundial, con un impacto enorme en Chile. Gobiernos sucesivos lograron paliar en cierta medida la gran caída económica que había sufrido Chile, hasta llegar a una de las etapas más conocidas de la historia contemporánea chilena, el gobierno del socialista Salvador Allende.
Como pasa con cualquier gobierno de cualquier país hoy en día, el gobierno de Allende tuvo sus fieles seguidores y opositores, sus medidades más y menos adecuadas. Pero lo que mundialmente inició el reconocimiento de Allende fue precisamente su final, el golpe de estado militar liderado por Augusto Pinochet. El 11 de Septiembre de 1973, el ejército chileno tomó vía marítima la ciudad costera de Valparaíso, noticia que llegó a oídos de Allende, y este decidió acudir a la Casa de la Moneda en Santiago, que servía de palacio de gobierno, donde permanecer fiel a su gobierno constitucional. Desde ese momento comenzaron en Santiago enfrentamientos entre partidarios de Allende y golpistas, toma de posesión de radios, de cadenas televisivas... El ejército avisó a Allende que en caso de no entregar el gobierno y evacuar la Casa de la Moneda, ésta sería bombardeada. El todavía presidente permaneció firme, hasta que se produjo el bombardeo, y poco después de pronunciar su último y famoso discurso, Allende decidió poner fin a su vida con sus propias manos antes que en manos de sus opositores, una muestra de que él quería ser el dueño hasta de su muerte.
Casa de la Moneda en Santiago, protagonista en el golpe militar
Estatua de Salvador Allende en Santiago
A partir de ese momento comenzó una etapa de de gobierno militar protagonizada por la persecución, tortura, detención, secuestro, desaparición, ejecución y en definitiva, violación de derechos humanos de cientos de miles de chilenos que se habían mostrado o se mostrarían contrarios al régimen militar. Se crearon cientos de centros de detención y de tortura, como el Estadio Nacional de Chile, testigo de la ejecución del cantante Victor Jara. Durante el régimen liderado por Pinochet se produjeron elecciones para el gobierno con muy dudosos procedimientos, en los que Pinochet salía siempre reelegido, y por supuesto, modificó la Constitución para asegurarse impunidad total el día que dejase de gobernar el país por los delitos que estaba cometiendo. Así hasta que en 1990, tras la celebración de nuevas elecciones, tuvo que entregar su cargo e iniciar así el camino hacia la democracia.
¿Y qué creéis que pasó con Pinochet tras tantos años de crímenes y violaciones de los derechos humanos? Hasta hoy en día, aparte de su fallecimiento, prácticamente nada. Tras ejercer de presidente, hizo útil su derecho como senador, y así no poder procesado judicialmente. Sin embargo, las leyes de Chile no son las de otros países, y el juez Baltasar Garzón, ordenó el arresto de Pinochet por crímenes cometidos contra opositores españoles, aprovechando un viaje de Pinochet a Londres. Aquí comenzó una serie de acontecimientos que yo catalogaría de chiste. Se celebraron numerosos juicios para analizar la salud del militar y decidir si humanitariamente era capaz de soportar un juicio. Curiosamente aquellos derechos que había violado en Chile durante más de 20 años eran los mismos que ahora le salvaban de la cárcel. En resumen, tras literalmente Pinochet burlar a la justicia a través de fingidas enfermedades, destacando la imagen de la llegada de Pinochet a Chile, y levantarse tan a gusto de su silla de ruedas tras ser declarado incompetente para ser juzgado por su salud, en 2007 falleció.
Por supuesto, aquí no acaba la historia más reciente de Chile, pero en mi opinión, sí la más interesante y extraordinaria que la hace merecedora de un pequeño hueco en el blog de los caracoles viajeros. Espero que los que hayáis llegado hasta aquí, hayáis disfrutado tanto como yo lo hice con la historia de Chile, bueno, tampoco seré tan exigente, que no es lo mismo oir todo esto en boca de un apasionado joven guía chileno mientras recorres las calles de Santiago, que leerle sentadito en el sofá en tu casa...jeje
Para el próximo post, lo prometido es deuda, nos metemos de llenos en las curiosidades culturales, arquitectónicas y gastronómicas de Chile a través de su capital, Santiago. Platos que estarían en el top 10 de nutricionistas opositores, cafeterías propias de ambientes trogloditas, cockteles chilenos no aptos para estómagos europeos... ¡No faltéis a la cita!
"La historia es nuestra, y la hacen los pueblos." Salvador Allende, presidente de la República de Chile.
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