jueves, 17 de julio de 2014

De visitas educativas por Cochabamba y Sucre

¿Recordáis que cuando comencé a engendrar este lindo retoño en forma de blog, comenté que uno de los objetivos del viaje era visitar escuelas alternativas en diferentes países y así aprender e ir formando mi ideal pedagógico como futuro profesor? Bueno, si no lo recordáis no os sintáis culpables, porque ha habido mucho tiempo durante el viaje que parecía que hasta yo me había olvidado... Pero unos días de vacío existencial y motivacional lograron que este objetivo volviese a la luz, iluminando con más potencia que nunca, y me pusiese a buscar centro de educación alternativa por Bolivia. El resultado tras algunos mails y llamadas, un centro de apoyo extraescolar en Cochabamba, al sur de La Paz, y un colegio Montessori (pedagoga que fundó este método pedagógico alternativo) en Sucre, la capital de Bolivia.

Pero antes de hablar de lo que he podido observar en estos centro, quizá alguno esté pensando: "A mí el tema educativo ni me va ni me viene, esto se supone que es un blog de viaje, así que háblame un poco de Cochabamba y Sucre". Respecto a Cochabamba, en esta ocasión no gastaré muchas palabras en esta ciudad.

Pasamos en ella 3 días, en los que a nivel turístico no hicimos prácticamente nada, ya que las opciones que habían no hicieron encender en nuestro interior la chispa de la curiosidad, pero sí que nos aportó mucho a nivel emocional. Primero por la visita al mencionado centro extraescolar, ya que volvió a despertar en mí el hambre por empaparme de experiencias y conocimientos educativo que sirvan para cumplir uno de los sueños de mi vida, convertirme en profesor. Segundo, porque descubrimos un par de restaurantes vegetarianos que hicieron las delicias de nuestros exigentes paladares. Y tercero, porque conocimos a una pareja francesa de viajeros, que venían de Argentina, y con sus historias y recomendaciones activaron de una manera increíble esa chispa interior necesaria para que tras 9 meses dando vueltas por el mundo te siga apeteciendo viajar como si fuese el primer día. Respecto a Sucre, sí que merece la pena un post aparte en el que contaros sus delicias como ciudad histórica, cultural y turística, un "debe" en todo viaje a Bolivia, así que aquellos voraces por información turísticas, tranquilos que tendréis vuestra ración. :-D

Bueno, vamos al tema central del post. En primer lugar, el Centro de Educación Permanente Jaihuayco (CEPJA), de Cochabamba. Se trata de un centro extraescolar, al que niños desde 5 a 17 años acuden tras sus clases en los centros escolares para recibir apoyo en cada materia que puedan tener dificultades.  Pero en lugar de centrarme en características como cuántos alumnos tienen por aula, las instalaciones, horarios... Lo que más me aportó de este centro es la respuesta a la pregunta que seguramente os haréis algunos: "¿Qué tiene de alternativo un centro así? Para responderla, en primer lugar hay que puntualizar algunos rasgos generales de la educación pública boliviana, la cual, según palabras de los docentes del CEPJA, aún a día de hoy fomenta la desigualdad de género, con actividades concretas según el género, e incluso estableciendo la distribución del aula según el sexo del alumno; no existe apenas colaboración con las familias, primer y uno de los más importantes agentes educativos; no se profundiza en el desarrollo sensorial, basando el currículo en el desarrollo cognitivo... Aunque por desgracia, estas características de la educación no son algo exclusivo de Bolivia...

Centro CEPJA de Cochabamba

Teniendo en cuenta estos puntos, el CEPJA promueve entre sus alumnos la equidad de género, sin hacer distinciones en cuanto a tareas, distribución de la clase, e incluso yendo más allás y fomentando debates con ejemplos reales de desigualdad de género, desarrollando así el sentido crítico entre los estudiantes. Por otro lado, a pesar de ser un centro extraescolar, tratan de mantener un contacto regular con las familias, de forma que la educación no sea algo exclusivo de un centro, sino que sea extensible y coherente con la vida en el núcleo familiar. Impulsan el reciclaje, las manualidades con productos reutilizados, la producción de composta, de manera que los niños sean conscientes del proceso cíclico con su Madre Tierra, con su Pachamama, en el que todo lo que sale de ella, puede ser devuelto de forma eficiente, lo cual es algo extremadamente importante a desarrollar en los países andines que hasta hemos visitado, en los que hemos observado un alarmante falta de educación y conciencia hacia el respeto a la tierra.


 Realizan actividades con el objetivo de desarrollar los sentidos tanto exteriores como interiores, desde proponer al alumno que describa sus sensaciones ante el tacto del agua, hasta relajación al inicio de cada clase con música. Este desarrollo sensitivo es sumamente importante si se quiere apostar por una educación integral del niño, es la principal base sobre la que se sostiene la facilidad con la que construir la estructura cognitiva y creativa de toda persona. Además, regularmente realizan actividades en el exterior, como trabajos sociales, visitas a comunidades indígenas con las que los niños intercambian conocimientos, e incluso visitas a centros escolares públicos, en los que los niños del CEPJA realizan exposiciones sobre lo aprendido en cuanto a igualdad de género, respeto por el medio ambiente, interculturalidad... Experiencias imprescindibles si se quiere que el niño sea capaz de contextualizar su educación, profundizar en los valores desarrollados, y fomentar su capacidad de expresión y transmisión de conocimientos. Y como último punto a destacar, como buen ingeniero que uno es, la relación entre las nuevas tecnologías y el trabajo de valores en los alumnos, que como todo, los nuevos recursos tecnológicos, depende en manos de quien los dejes, pueden ser una herramienta que arruine todo un proceso educativo o que lo favorezca y estimule en gran medida. Como por ejemplo los proyectos que pone en marcha el CEPJA, en los que alumnos de secundaria que poseen cierta predisposición y habilidades informáticas, desarrollan materiales informáticos para los alumnos de primaria. Todo un ejemplo de que dar es igual a recibir. Creo que es muy importante en todo centro escolar que se fomenten actividades internivel como esta, en las que los alumnos mayores desarollan su capacidad de transmisión y los alumnos más pequeños tienen la oportunidad de aprender de figuras alternativas al maestro, figuras que hace no mucho tiempo tenían su misma edad y por lo tanto el nivel empático puede ser mucho mayor.

En "resumen", todo esto es lo que en mi opinión hace del CEPJA una alternativa a la educación tradicional boliviana. Sé que muchas de las características que he puesto se dan, por suerte, ya en muchos centros públicos alrededor del mundo, pero como he dicho, no olvidemos que este centro se encuentra en un contexto muy particular, en el que valores que nos puedan parecer a algunos obvios, puede que aquí no lo sean tanto.

Y como dije al principio del post, desde Cochabamba pusimos rumbo a Sucre, la capital de Bolivia. Como apunte, comentar que de los 9 meses que llevo de viaje, 7 junto a Ewe, el viaje desde Cochabamba a Sucre fue con diferencia el peor que hemos vivido. Quizá recordéis el camino que hicimos para pasar de Ecuador a Perú, en un bus viejo por un camino estrecho de tierra bordeando la ladera de montañas  a toda velocidad. Bueno, añadidle a eso más velocidad, un bus aún más viaje, y la oscuridad de la noche. Padres, hermana, sobrina, amigos, estoy seguro que aquella noche os pitaron mucho los oídos, porque mira que me acordé de todos vosotros...


Bueno, el tema es que de una u otra manera por fin llegamos a Sucre. Temas turísticos, museos, la ciudad en sí... lo dejamos para el próximo post de estilo viajero. En este, os comentaré la visita que hice al primer colegio Montessori. ¿Montessori? ¿Y eso qué es? De forma muy resumida y por lo que he podido aprender hasta ahora leyendo algunos documentos, se trata de una pedagogía desarrollada por la doctora María Montessori a finales del siglo XIX principios del XX. Sus principios más destacables son:

- Aplicable de forma universal, sin importar raza, estatus económico, nivel académico...
- Libertad del alumno para escoger sus trabajos, duración, ritmo... Siempre obviamente con la atención, guía y consejo del profesor.
- Disciplina que surge desde el propio interior del niño, evitando el clásico sistema de premios-castigos.
- Descubrimiento de los propios errores por parte del niño.
- Actividades para fomentar el cuidado propio y del entorno.
- Grupos de diferente edad.
- Ayuda entre compañeros.

Bueno, esta es la teoría, que dependiendo cada centro la adptará a su manera, sobre todo teniendo en cuenta cada contexto y que esta pedagogía fue desarrollada hace más de 100 años, y toda pedagogía requiera cierta evolución temporal y cultural. Aún así, para los ideales pedagógicos que he podido desarrollo hasta ahora, es una pedagogía que me llama mucho la atención, y por ello la visita a un centro Montessori fue algo que me tomé con mucho interés. ¿Sería tan bonita la teoría como la práctica de la educación Montessori? ¿Cómo lograr principios tan complicados?

 Doctora María Montessori

La visita al centro Montessori de Sucre consistió en una entrevista con su director, Wilmer Pérez, teólogo y filósofo que con gran pasión comenzó el gran proyecto de la escuela Montessori hace unos años. En toda visita a un centro educativo, lo ideal es no sólo entrevistarte con el director, sino además tener la oportunidad de visitar las aulas mientras dan clase, ver el centro en plena actividad, sin embargo en esta ocasión no fue posible ya que coincidió con las vacaciones de invierno...

Lo primero destacable a título personal al hablar con Wilmer, el director del centro, es que es una persona apasionada por su centro, sus niños y la educación. Prácticamente vive por y para hacer realidad su ideal educativo, para conocer lo máximo posible a cada uno de los más de 600 alumnos del centro, lo que se refleja en que le gusta a dirigirse a cada alumno por su nombre, conocer su situación familiar, sus sueños, inquietudes, siempre con la puerta de su despacho abierta antes cualquier consulta, ya que no existen preguntas tontas, sino silencios que hacen que se escape la oportunidad de aprender.

Respecto a la metodología del centro, en mi opinión los puntos más destacables en cuanto a la propuesta alternativa del centro sería por un lado el hecho de que el trabajo de los alumnos está basado en lo que en el centro llaman "proyectos de investigación", los cuales consisten en que siempre que sea conveniente, no simplemente transmitir ciertos contenidos, sino tratar de profundizar en ellos conociendo su origen, su aplicabilidad al contexto cultural, su integración con otro contenidos interdisciplinarios... Todo ello intentando que sea el propio alumno el que llegue a las conclusiones finales. En este sentido, para lograr el principio de libertad que apoya la educación Montessori, cada Viernes se realizan asambleas con los alumnos en cada aula, en las que se discuten y planifican las tareas para la semana siguiente, al igual que se exponen necesidades de las clase, incluso teniendo libertad para cuestionar decisiones tomadas por el profesor, creando así un ambiente en el que todos aprende de todos, y no como suele pasar, que el profesor es la figura de autoridad cuya palabra es incuestionable. En consecuencia a estas asambleas, se nombran comisiones de responsabilidad compuestas por los alumnos para hacer frente a dichas necesidades. Vamos, las tutorías de toda la vida, pero con un mayor poder de decisión estudiantel y siendo ellos mismo los que se ocupen, siempre que sea posible, de encontrar y poner en práctica las soluciones.

Respecto a la disciplina en el aula, siempre procuran hace uso del lenguaje positivo, y en caso de algun acto de indisciplina, primero conversar con el alumno para intentar llegar a una solución, y en casos extremos, se llegan a imponer sanciones en forma de trabajo social. Me encanta algo así, la filosofía de que de toda acción, según tu actitud ante ella, puede surgir una oportunidad para crear algo bueno. Además, otra cosa que para mí es esencial en todo centro educativo, es que existe una gran interacción entre alumnos de diferentes cursos, ya que realizan programas en los que alumnos con especial interés y habilidad en alguna materia, tienen la oportunidad de preparar y dar clases de dicha materia para alumnos más pequeños, incluso hay alumnos que ejercen cargo de cuidadores del recreo de los pequeños, e incluso programas de clases particulares entre los propios alumnos. Es muy importante no cerrar la capacidad de la transmisión de conocimientos a la figura del profesor, cada persona, incluyendo profesor y alumnos, utiliza un lenguaje diferente, una metodología diferente. Es imposible que las prácticas educativas de un profesor sean las ideales para todos los alumnos de la clase, por lo que iniciativas en las que los propios alumnos tienen la oportunidad de ejercer de profesores, cosa que siempre son, me parecen interesantísimas para lograr una educación para todos.



En cuanto a la evaluación en el centro, evidentemente existen ciertas pautas marcadas por la ley que se deben cumplir, pero leyes aparte, los centros siempre tienen cierta autonomía, y en este caso la utilizan para no dar tanto paso al resultado final en forma de nota, sino al proceso para llegar a esa nota, es decir, lo importante no es llegar a la cima de la montaña, sino disfrutar del camino que has hecho para llegar hasta ella. Por lo que en el centro tratan de individualizar al máximo posible las evaluaciones, y con una política muy abierta en cuanto a la posibilidad de re-evaluación. ¿Quién no ha tenido un mal día en el que cualquier cosa que hace le sale mal? Pues un niño no es menos, y no es justo basar la mayor parte de una evaluación en la nota de un examen, por lo que tratando de forma personal cada caso, las re-evaluaciones sin tener en cuenta resultados anteriores son una práctica común en el centro.

Y por último en cuanto a cosillas positivas que despertaron en mí aún más ese sueño de dedicarme a la educación, es la estrecha relación existente entre el centro y los padres de los alumnos, organizando incluso salida con las familias, cenas, y todo tipo de actividades lúdicas. Como he comentado antes, ya no debe existir la antigua idea de que la educación empieza y termina entre las 4 paredes del aula. Hoy en día existen múltiples agentes educativos. Sobre algunos de ellos no tenemos mucho poder para cambiarlos, como la sociedad, medios de comunicación... Pero sobre otros sí que tenemos total responsabilidad, como el centro escolar y la familia, y cuanto más cercana y coherente sea la relación entre ambos, más beneficioso para el protagonista de todo esto que estamos hablando, el niño.

Pero no creáis que cuando voy de visita a un centro lo veo todo bonito y maravilloso, ya que no sólo es importante saber qué es lo que se quiere en la vida, sino también lo que no se quiere tanto. A grandes rasgos, existían dos factores del centro, que según había vista en su Web, no me eran muy coherentes con una educación Montessori, como es en primer lugar el hecho de que el centro realice pruebas de acceso a los alumnos, teniendo ciertos criterios académicos a la hora de aceptar a un alumno, lo cual no  concuerda con la idea de aplicación universal Montessori. Y por otro lado, el centro es conocido por su participación y grandes resultados en olimpiadas de diferentes ámbitos: deportes, Matemáticas, Física, Lenguaje... Lo cual, en mi opinión, fomenta una educación basada en el resultado, y alimenta ese espíritu competitivo que hoy en día alimenta a una sociedad hambrienta por destacar a toda costa por encima de los demás. Cuando planteé ambas cuestiones al director, no sé si por las prisas que tenía ante gente que le estaba esperando o por una maniobra de evasión, no me respondió claramente. En el caso de la competitividad que fomentan actividades como unas olimpiadas, me dijo que siempre tratan de alentar en los alumnos una competitividad sana, pero sin llegar a profundizar sobre este término.


En definitiva, la propuesta del centro me resultó muy interesante, aunque por desgracia, un colegio de este estilo es de ámbito privado, lo que impide un acceso universal en el sentido económico, pero una cosa es conseguir una educación alternativa porque personas con una visión diferente y pasión por la pedagogía ponen sus esfuerzos en el desarrollo integral de los niños, y otra es que aquellos que están en el poder y se encargan de redactar cada 4 años nuevas leyes de educación, algún día despierten de la nube de ego en la que cómodamente están dormiditos.

La verdad que no me importaría para nada establecer mi futuro profesional en un centro como el Montessori de Sucre, pero primero, queda mucha América del Sur por ver, muchos centros por visitar, muchas estilos pedagógicos por aprender, para así seguir formando mi estilo pedagógico que me ayude a cumplir mi sueño, y ayude a muchos a niños a aprender a descubrir los suyos.

¡Un abrazo!

Un problema nunca puede ser solucionado con la misma mentalidad con la que se originó. Un sistema educativo no puede seguir siendo el mismo que hace 30 años, cuando la sociedad cambia a pasos agigantados cada día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario